Cuando se cumplen 20 años de la muerte de Vincente Minnelli, el mejor recordatorio de un maestro del cine amante de las palabras "belleza" y "magia" son sus sueños cinematográficos.

A los 83 años, Minnelli murió el 25 de julio de 1986 víctima del Alzheimer, dejando una larga filmografía para el recuerdo. Entre sus títulos más conocidos figuran Un americano en París (1951) y Gigi (1958), ambos musicales galardonados con el Oscar a la mejor película.

Pero también hay dramas memorables, como Madame Bovary (1949), Té y simpatía (1956) o Como un torrente (1958). O comedias como El padre de la novia (1950). Minnelli fue calificado por la crítica francesa como "el maestro de la puesta en escena" y la revista estadounidense Entertainment Weekly lo incluye en su lista de los 20 mejores directores de todos los tiempos. Estos elogios se los ganó con una filmografía para la que pareció haberse inventado el cine en color. Nadie utilizó con mayor riqueza, imaginación y encanto la paleta de colores que el nacimiento de este nuevo medio ofrecía.

BIOGRAFIA Nacido en Chicago el 28 de febrero de 1903 bajo el nombre de Lester Anthony Minnelli su sensibilidad la labró mientras trabajaba como director de arte en Broadway y sirvió de aprendiz en todas las áreas de los estudios MGM antes de pasar a la dirección. Pero una vez detrás de la cámara dejó de ser aprendiz para ser un maestro que en Meet Me in St. Louis (1944) hizo cantar a Judy Garland y de paso se ganó a la chica, con quien se casó en 1945.

Gene Kelly nunca bailó mejor que en Un americano en París y Fred Astaire y Cyd Charise protagonizaron escenas inolvidables en The Band Wagon (1953).

Considerado director de actores, Minnelli llevó a las puertas del Oscar a Spencer Tracy, Gloria Grahame, Kirk Douglas, Anthony Quinn, Arthur Kennedy, Shirley McLaine y Martha Hyer. Revisar hoy sus películas es volver a soñar con la magia y la belleza de este mago de la cámara.