Harold Bloom, el crítico literario más influyente y a la vez más popular de la cultura contemporánea, falleció este lunes en un hospital de New Haven a los 89 años, según lo ha confirmado su esposa Jeanne quien recordó que Bloom, que se ha mantenido lúdico y activo hasta el último momento, dictó su última clase en la Universidad de Yale el pasado jueves. Bloom pese a su enorme prestigio académico ha sido también una figura discutida por las más modernas tendencias multiculturalistas por su olímpico desprecio a las miradas feministas, marxistas y alejadas en suma de la teoría occidental del profesor. Como tal Bloom abogó por la superioridad literaria de los autores occidentales como Shakespeare, Cervantes o Kafka, todos ellos hombres blancos y no se ahorró sus invectivas a lo que él denominó la escuela del resentimiento.

Pese a esta actitud que pudiera parecer elitista, el autor logró que algunos de sus libros críticos como El canon occidental, donde establecía justamente, en ocasiones con más apasionamiento que juicio crítico qué figuras entraban en él o no, rebasaran el ámbito académico para convertirse en un best-seller. Se discuta o no, la suya era una figura ambiciosa, casi como la de un profeta, algo que chocaba contra las concepciones más modernas y aperturistas de la literatura.

"Shakespeare es Dios y sus personajes son tan reales como las personas, moldeando las percepciones occidentales de lo que es ser humano", defendía en uno de sus obras más conocidas, 'Shakespeare: La invención de lo humano' (1998). Gran amante de la polémica, la cultivó a placer en el 'Libro de J', en el que sostiene que la Biblia la escribió una mujer, por lo menos buena parte de sus cinco primeros libros.

Como Zero Mostel

Hijo de un sastre judío nacido en el Bronx, el profesor Bloom podría haber sido un personaje literario en sí mismo. Con un carácter situado entre el exceso y la sentimentalidad, solía llamar cariño a sus alumnos y les daba besos en la frente. Además, tenía el sentido del humor suficiente como para reconocer que gracias su figura oronda que llegó a perder en los últimos tiempos- se parecía muchísimo al cómico, también judío, Zero Mostel.

Autor de más de 40 libros entre sus libros cabe destacar La ansiedad de la influencia (1973) Cómo leer y por qué (2000), El futuro de la imaginación (2002), Genios (2002) y Anatomía de una influencia (2010). Además en el 2002 recibió el Premi Internacional Catalunya de manos de Jordi Pujol.