Comienza el espectáculo en la ciudad monumental de Cáceres. El teatro vuelve a plazas, calles y centros acompañado este año de más música y cine que nunca. El Festival de Teatro Clásico de Cáceres subió ayer el telón de su décima octava edición y llega así a "la mayoría de edad" con la "mejor programación de su historia", en palabras de Isidro Timón, director del Consorcio del Gran Teatro, organizador del festival.

Serán 21 días de teatro pensados para "todos los públicos", apuntó el director de Promoción Cultural, José María Corrales, con 14 representaciones --dos de ellas estrenos nacionales (En las puertas de Europa y El ávaro ) y cuatro montajes de la Compañía Nacional de Teatro Clásico--, un ciclo de cine, música, dos exposiciones, talleres y otras actividades que invitan "a vivir la ciudad monumental".

Este año, la inyección económica de la candidatura de Cáceres 2016 con 100.000 euros, ha permitido aumentar la calidad y formato de los montajes, según Timón. Tanto Corrales como la concejala de Cultura, Cristina Leirachá, y la diputada del mismo área, Silvia González, destacaron la apuesta por el festival como "pilar" de esa candidatura cultural.

Aunque hasta el jueves no se iniciarán las representaciones con El lazarillo de Tormes en una adaptación del extremeño Miguel Murillo en la plaza de San Jorge, el festival se inauguró oficialmente ayer con la apertura de la exposición El escenario de la ilusión en la iglesia de la Preciosa Sangre y un recital del tenor cacereño Alonso Torres.

La exposición enseña algunas de las entrañas del teatro. ¿Cómo se creaba la lluvia, el viento, la tormenta o el mar sobre un escenario antes de la era tecnológica? Con un tronco de cactus, una carraca, un triciclo, un barril lleno de piedras...

Todos estos antiguos ingenios de tramoyistas para crear efectos especiales forman parte de esta curiosa y didáctica exposición compuesta por 16 instrumentos de sonido y otros de iluminación e ingeniería. Lo mejor de la muestra es que no solo es para ver, sino para tocar. Todos son réplicas, según explicó su comisario, Fernando Calvo, pensadas para que el público pueda accionarlas y crear el viento, la tormenta o la lluvia.