‘AMOR DONCELLA CIERVA’

Mónica Collado

Limbo Errante

Cuenta Mónica Collado que el origen de esta novela viene de una lectura del Cantar de los Cantares durante la que, como en una iluminación, le llegó la idea de que ese hermoso poema de amor -tan desubicado en el tono general del Antiguo Testamento- tenía que haber sido escrito por una mujer. Es un planteamiento interesante, aunque esta novela que ha editado con buen ojo Limbo Errante va más allá de postular que el poema atribuido al rey Salomón se debiera a una mano femenina, y reflexiona en cómo ese Cantar de los Cantares llegó a existir. De este modo, la autora rehúye con buen criterio hacer una reivindicación que abordada de otra manera podría haber resultado tan coyuntural como simple.

Al contrario, Amor doncella cierva está tocado por una inteligencia y una sutileza que la hacen particularmente atractiva. Sin necesidad de alzar la voz, la autora, Mónica Collado habla de las condiciones extremas a las que las mujeres judías de la época estaban sometidas, y en las que se sumaba la crudeza del propio entorno desértico que era su escenario vital -y que, claro está, compartían con los hombres y animales que criaban- con la ínfima consideración, todavía más abrasiva que el desierto, que debían soportar por su condición femenina. Pero también cuenta una historia.

Una de esas mujeres es Adifa, cuya existencia desde su nacimiento va construyendo la novela: niña inquieta en un entorno triste, joven malcasada que encuentra la poesía en la ausencia de su padre, y mujer a la que el amor descubre todo un nuevo mundo. La autora adecúa a la perfección el tono de la narración al de la vida de la protagonista, con un estilo conciso en las escenas en las que aprende cuál es su lugar en ese mundo que se transmuta en un lenguaje mucho más sensual y luminoso cuando la pasión brota dentro de ella, haciendo surgir el Cantar de los Cantares.