Hace no muchos años, los móviles tenían un escaso repertorio de tonos de llamada. De aquel periodo jurásico en el que todos los teléfonos sonaban igual solo ha sobrevivido la sempiterna melodía de Nokia y poco más. Ahora, hay tantos timbres como usuarios. Se trata de una revolución que ha beneficiado a muchos sectores. Y uno de los que más sonríe con el cambio es el de la industria musical, que tras ser tocada (no hundida) por la piratería empieza a remontar el vuelo por algo tan sencillo como los tonos originales de llamada.

Viene sucediendo desde hace unos tres años y parece algo simple. Por uno o dos euros, los usuarios descargan el trozo más significativo de las canciones de sus artistas predilectos y lo incorporan como timbre. Así, cada vez que suena el móvil pueden disfrutar de alguno de sus temas favoritos en lugar de escuchar una melodía prefabricada. ¿Simple? No tanto. El mercado de los tonos mueve en España un 14,7% de la actividad tradicional de la música grabada, según el Libro Blanco de la Música. Poca broma. En el 2006, los ingresos de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) aumentaron en un 49,8% respecto al año anterior gracias a las melodías para móviles.

La industria se frota las manos. Normal, teniendo en cuenta que España tiene más de 44 millones de líneas de teléfonos móviles, aparatos que han reinventado la industria musical. Por ejemplo, hoy --al igual que ya pasó con Amaral-- el concierto de Maná del Palau Sant Jordi se podrá seguir vía móvil.

El director general de Acquamedia Technologies, Carles Campdelacreu, explica que el sector de los tonos originales tiene mucho dinamismo. Los usuarios suelen adquirir una nueva canción una vez al mes. Y eso como mínimo porque los que hay que no esperan más de una semana a personalizar su móvil con el tema que más suena en la radio o en la televisión.

Aunque las posibilidades son infinitas, la música española es la que arrasa. La mayoría de los usuarios tienen menos de 30 años. "Eso lo notamos porque en la época de exámenes hay bajón en las descargas, que vuelven a subir en junio, cuando acaban las clases", analiza el experto.