La maldición de la lluvia volvió a aguar ayer el estreno de Extremúsika 2009 en Mérida. Como ya sucedió en la pasada edición celebrada en Cáceres, el mal tiempo marcó el arranque del festival y deslució casi por completo la primera de las tres jornadas de la cita rockera promovida por A Vallekas Producciones. Los chaparrones que cayeron durante la tarde de ayer en el albergue juvenil El Prado, sede del certamen, dejaron impracticable el único de los tres escenarios que estaba previsto utilizar para las 14 primeras bandas del cartel. Para la segunda jornada de hoy, que arranca a las doce del mediodía, están programados otros 28 conciertos que no concluirán hasta las cinco de la próxima madrugada.

A pesar del esfuerzo de la organización por dotar al recinto de los medios necesarios para que el público disfrute del espectáculo, la lluvia que descargó con fuerzas en varias ocasiones, sin que el sol apenas pudiera asomar, dejó embarradas distintas zonas del recinto. Un simple vistazo a la enorme carpa de los artesanos o los accesos a la acampada mostraban los estragos que el agua había causado sobre la tierra del albergue, incapaz de absorber la lluvia de los chaparrones. Lástima porque el cartel prometía y mucho. Y los músicos se esforzaron para vencer a los elementos. No había llovido en toda la mañana sobre la capital autonómica y tuvo que hacerlo a la misma hora a la que arrancaba el festival, 14.45 horas, con el concierto de banda valenciana Wartime, ganadora del concurso de maquetas.

DESDE EL INICIO Fue un mal presagio. Aunque la lluvia paró, arreció con fuerza a las cuatro de la tarde con el grupo Konflicto sobre el escenario que, obligado por las circunstancias, no pudo completar su actuación. Y después, más de lo mismo, a pesar de que el programa se fue cumpliendo con ligeras variaciones en los horarios previstos. Ante tantas dificultades, los artistas se crecieron y también se mojaron. Amenoskuarto, la banda de Coria que repitió en el festival, hizo una demostración de cómo cantar bajo la lluvia. Ante poco más de un centenar de espectadores, aguantó más de media hora de concierto mientras caía un tremendo chaparrón. Lo mismo tuvo que hacer Sidecards, uno de los grupos de pop-rock revelación del año, que no sucumbieron a la lluvia que caía con fuerza a las siete de la tarde sobre el escenario ubicado junto a la ribera del Guadiana.

Tuvieron que transcurrir casi cinco horas de música en directo para que el cielo diera una tregua a Extremúsika. Y, afortunadamente, duró por suerte para los artistas que se fueron subiendo al escenario a partir de los ocho de la tarde, mientras los operarios se afanaban en acondicionar distintas zonas del recinto. Fue necesario colocar palés en el acceso a la zona de acampada y también estaba previsto hacerlo ayer en la carpa de los artesanos. Además, la organización tuvo que abrir zanjas para que el agua que había inundado algunos tenderetes saliera al exterior. Hoy se echará tierra sobre las zonas encharcadas para cubrir los barrizales que se formaron ayer en distintas zonas del albergue juvenil El Prado.

OPTIMISMO A pesar de las dificultades, el promotor Angel Romero se mostró anoche optimista. Dijo que "esto no es lo del año pasado en Cáceres, donde tuvimos además mucho viento" y destacó, sin ofrecer datos, que la afluencia en el estreno fue mayor a la del año pasado. Poco antes de las nueve de la noche, Romero añadió que el programa se había ido cumpliendo a pesar de la lluvia e incidió en que los grupos demostraron ayer "que tenían muchas ganas de tocar".

Con la caída del sol y al ritmo del estupendo sonido de La Vargas Blues Band, la amenaza del agua se había esfumado y el panorama empezó a cambiar. Extremúsika había sufrido en el inicio las embestidas del agua, pero había aguantado. Hoy estarán a pleno rendimiento los tres escenarios del certamen. Aunque el público se mojó y no había cubierto aún anoche la zona de acampada, la fiesta del rock solo había hecho que empezar. Extremúsika quiere seguir teniendo rock para rato.