A Juan Ramón Jiménez le concedieron el Premio Nobel el 25 de octubre de 1956, dos días después moría su mujer, Zenobia Caprubí, en Puerto Rico, donde ayer hace 50 años moría él también. Su heredera Carmen Hernández Pinzón se lamenta de que esta fecha no se haya recordado con un acto institucional.

Desde que en 2006 se creara, desde la Diputación de Huelva, el trienio juanramoniano para conmemorar estas efemérides, "se han hecho exposiciones, y sobre todo publicaciones y reediciones, que es lo que más nos interesa para que se conozca su obra, pero, la verdad, da pena que hoy por ayer en el aniversario de su muerte no se haga nada para recordarlo", dijo Pinzón, sobrina nieta del poeta y la persona que cuida de su legado.

Y es que a Juan Ramón Jiménez, que nació en Moguer (Huelva) en 1881, "padre de todos los poetas, del que han bebido todas las generaciones y el que mejor resiste la prueba del paso del tiempo por su pureza", como reconoce el poeta leonés y antólogo del Nobel Antonio Colinas, todavía no se le conoce bien.

"Después de medio siglo de su muerte queda mucha obra suya por publicar. Han salido muchas reediciones y hemos adelantado libros, pero queda mucha obra por conocer para saber cómo iba creciendo la voz de Juan Ramón como poeta, y en eso estamos".

"Es nuestro empeño que cada vez se saquen más libros, eso es más importante que los homenajes", reconoce Pinzón. Para ella falta otra parte muy importante por hacer, y es la digitalización de archivos y documentos.

"Existen alrededor de 200.000 manuscritos, entre el archivo de Puerto Rico y los de aquí que quedan por digitalizar. Papeles escritos a lápiz que con la humedad de Puerto Rico se están perdiendo y es urgente su digitalización", argumenta Pinzón, que asegura que desde todas las administraciones le dan "buenas palabras" pero "al final nadie hace nada". "Si no conseguimos la ayuda de la Administración tendremos que ir a buscar alguna iniciativa privada", añade.

Nacido en Moguer y muerto en Puerto Rico, adonde llegó con su mujer tras pasar por Cuba y EEUU en un largo exilio que comenzó en 1939, al dejar Madrid, Jiménez fue un autor prolífico, escribió desde la adolescencia, con una obra muy amplia, pero en España, y muy posiblemente a causa del exilio tras la guerra civil y de las instituciones oficiales de la época, que no eran muy proclives al poeta, prácticamente se le conocía por ser el autor de Platero y yo y de los primeros romances sentimentales.

Un desconocimiento que se agravó por la falta de publicaciones y que desde hace varios años se intenta remediar con muchos títulos que arrojan luz sobre él y desmienten algunos prejuicios y etiquetas sobre si Juan Ramón era huraño, antipático, antisocial y poco amigo de la familia.

LIBROS Es el caso de Ellos , dedicado a su familia y a las "afinidades elegidas", editado por José Antonio Expósito, que prepara ahora la publicación de las revistas que creó Juan Ramón.

Recientemente ha sido publicado Juan Ramón Jiménez. Crónica de un Nobel por Alfonso Alegre, que recoge el duro camino que tuvo que seguir hasta la obtención del premio; Visor sigue sacando los 48 libros con toda su obra, y también ha salido Leyenda , su gran proyecto poético.

Además se han conocido los poemas más eróticos y carnales que escribió antes de conocer a Zenobia, y acaba de salir un disco-libro con los poemas y canciones dedicados a su madre.