Salió del garaje de camiones de basura con un vestido plateado y caminó con elegancia hacia el Rolls-Royce que le esperaba. El viernes Naomi Campbell (en la foto) finalizó la semana de servicios comunitarios que le impuso un juez por agreder a una de sus empleadas. Durante ese tiempo, la modelo acudió al departamento de sanidad de Manhattan de 8 de la mañana a 4 de la tarde y, en los descansos, almorzaba pizza en compañía de sus colegas. Sin embargo, el viernes Campbell demostró que una supermodelo no deja de serlo ni aunque haya limpiado retretes durante cinco días.