Jamás estuvo tan bella, jamás ha sido más mala. Una pérfida e irresistible Nicole Kidman será esta Navidad la gozosa pesadilla de millones de niños. En La brújula dorada , cuyo estreno mundial tuvo lugar anoche en Londres, Kidman trata de controlar las mentes infantiles, en una espectacular aventura épica.

El filme, que llega a España el 5 de diciembre, es la primera entrega de una trilogía basada en el superventas La materia oscura (Ediciones B en castellano, Empúries en catalán), del inglés Philip Pullman. "El quiso desde el principio que Kidman interpretara el personaje. Nicole había leído los libros y le habían encantado. Tenía muchas ganas de hacer la película", afirma el director, Chris Weitz. En el reparto también figura un Daniel Craig con barba, transformado en científico viajero y muy alejado de su James Bond. Junto a él está la que fue su compañera en la última entrega del 007, Eva Green, una bruja más buena que el pan.

ABUSO En la línea de otras obras fantásticas, como El señor de los anillos , La brújula dorada cuenta las aventuras de una huérfana de 11 años, Lyra, que vive en el Jordan College de Oxford. En su mundo, las personas están acompañadas por un daimonion, un animal que cambia de forma y representa el alma de cada uno. La búsqueda de un amigo desaparecido y el misterio de unas preciosas partículas le llevará a correr graves peligros en el Artico.

La novela de Pullman es, sin embargo, algo más que entretenimiento juvenil; es un alegato contra el totalitarismo y la manipulación religiosa, algo que en el filme queda diluido. Esto le ha valido críticas desde los dos bandos. Por una parte, la Nacional Secular Society ha condenado la exclusión de referencias religiosas, y la Liga Católica de EEUU ha pedido a los padres que no permitan a sus hijos ver un filme anticristiano.

"No es una película antirreligiosa", replica Craig. "Se habla del abuso de los que ostentan poder, político o religioso. Pero es bueno que haya controversia", dice el actor.