Otoño de 1940: la alta sociedad española se divierte en una fiesta en el Hotel Ritz de Madrid. Los aristócratas, ajenos a las penurias del resto del país, lucen sus mejores galas. Una mujer sobresale por encima de todas: Sonsoles de Icaza, esposa del Marqués de Llanzol. Su belleza no tiene rival y su mirada pronto se cruzará con la del hombre del momento: el ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Súñer. Con Lo que escondían sus ojos , la periodista y escritora Nieves Herrero saca a la luz el secreto mejor guardado de la alta sociedad española: el amor clandestino entre la Marquesa de Llanzol, musa de Balenciaga, y el 'cuñadísimo' de Franco. Es el quinto libro que escribe y a medio camino entre novela histórica y romántica, con más de 50.000 volúmenes vendidos asegura que la crítica no la está tratando mal. Ayer estuvo firmando ejemplares en una librería de la calle Santa Eulalia de Mérida.

--De nuevo por Extremadura...

--Tengo mucha relación con Extremadura porque con el programa de televisión 'Un día con...' entrevisté a muchos personajes de aquí y para mí fue una experiencia muy interesante. También he venido mucho a ver teatro a Mérida, pero recuerdo especialmente aquel día que vine a entrevistar a Juan Luis Galiardo. Siempre que vengo me acuerdo: le vine a grabar a Mérida y me llevó al cementerio, a ver la tumba de sus padres. Se echó a llorar, fue muy emotivo. Nunca había hecho una entrevista en un cementerio y me llevó él, que era muy especial. Si, este es un lugar para mí muy agradable, congente a la que quiero mucho.

--'Lo que escondían sus ojos' es su primera novela histórica. ¿Qué le ha empujado al género?

--Yo tenía en mente escribir la segunda parte de Corazón Indio, el penúltimo libro que había hecho, pero la directora de La Esfera, Imelda Navarro, me propuso hacer una novela histórica. Quería que buscara un personaje de los años 40 pero muy glamuroso porque hasta ahora solo se había hablado de pobreza, falta de libertad, censura... Busqué y encontré a la Marquesa de Llanzol. Bueno, digo muchas veces que me encontró ella a mí, porque hablaba con mucha gente y todo el mundo se refería a ella. Entonces me fui a hablar con su hija y me gustó tantísimo el personaje que dije: es este. Una mujer de la aristocracia elegantísima y bellísima, musa de Balenciaga, que se casa con un hombre 25 años mayor y que se enamora del cuñado de Franco, que a su vez está casado y con hijos. Me atrajo el que enamorara a Súñer, que entonces era ministro de Exteriores y tenía a España apunto de entrar en la II Guerra Mundial. Son personajes muy potentes, llenos de historias por separado, y que se hubieran enamorado y hubieran tenido una hija juntos me pareció fuerte. Una niña que él nunca reconoció y que luego fue musa de la Transición.

--¿Qué le ofrece al público?

--Poder meterse en la historia por dentro. Me he esforzado mucho en desgranar los detalles de esa intrahistoria que no viene en los manuales. Diálogos de Franco con Hitler, de Franco con Serrano, de Franco con sus ministros, Franco en casa... Creo que el que persiga historia de la II Guerra Mundial y los años 40 la encuentra, y el que quiera una novela de amor, también. Pero sobre todo, lo que van a encontrar los lectores es cómo era aquella España de 1940, cómo era esa aristocracia recién terminada la guerra y cómo se movían estos personajes en su círculo. Cómo ocultaban el amor, cómo lo vivían, cómo ese amor secreto era algo que no sabían más que unas pocas personas y cómo el paso del tiempo lo ha ido descubriendo. Porque si no llega a ser por Carmen Díez de Rivera, hoy no estaría yo presentando esta novela y su historia hubiera sido uno de los tantos secretos de familia que se guardan y mueren con los protagonistas.

--¿Ve su novela en el cine?

--Sí, desde la primera letra la veía en cine. Se han interesado varias productoras, algunas muy conocidas, y estamos negociando. Tengo mucha ilusión, pero hasta que no firme, no me lo creeré.

--¿A quién pondría de director?

--¡Ay, Dios mío! Me dijo José Luis Garci que le encantaría dirigir esa película, pero que no tenía dinero ni presupuesto para hacerla porque es cara por los trajes, la ambientación... Nada me haría más feliz que la dirigiera él, pero también tengo que decir que me encantaría que lo hiciera Fernando Bovaira, que ha hecho muchas cosas y muy buenas como Agora.

--¿Periodismo o literatura?

--¡Las dos cosas! Sería como elegir entre mamá o papá. Ahora somos muchos los periodistas que escribimos y creo que es por algo. Yo empecé esta profesión por escribir. Al principio me enganchó la radio, pero yo seguía con mis relatos cortos. Ya en Radio Nacional, después de haber hecho televisión, me llegó una propuesta. Empecé a hacer novela y la verdad es que engancha. Con esta me he comido tres años de mi vida, pero vale la pena. Me gusta tanto escribir como la investigación previa, esa sensación de que estás descubriendo algo, tirando de un hilo, poder ir descubriendo nuevas ventanas en las vidas de los personajes y descender a esa intrahistoria que no sabes por qué, no viene en los libros.