La bicicleta verde --que llegó a los cines españoles el viernes-- no es solo la primera película de la directora saudí Haifaa al Mansour. Es la primera película rodada íntegramente en Arabia Saudí, país en el que la industria del cine no existe. Para empezar, no hay ni salas. Cuando Al Mansour, de 37 años, se puso a pensar en el guion se le ocurrieron ideas oscuras. La protagonista iba a ser una niña víctima de un sistema opresor. Al leer lo que había escrito, la cineasta cambió de opinión. "Esto no va a ser mi película. Mi película va a ser mucho más optimista", pensó. Se puso manos a la obra y volvió a dibujar a su protagonista, Wadjda, como una niña con inquietudes, valiente, que viste tejanos, cuyo mejor amigo es un chico y que está empeñada en tener algo que ninguna niña en Arabia Saudí puede tener: una bicicleta. "Wadjda tiene mucho de mí. Y mucho de mis sobrinas y de otra gente que he conocido en mi país", explica Al Mansour, licenciada en Literatura en El Cairo y máster en Dirección de cine en la Universidad de Sídney. En mitad del casting, la realizadora supo a la primera quién iba a ser la niña que diera vida a Wadjda: una jovencita con el pelo alborotado que vestía tejanos y que iba escuchando a Justin Bieber.

Trabajo y paciencia

Ser cineasta en un país donde la industria brilla por su ausencia requiere "mucho trabajo y más paciencia". Al Mansour, que tenía experiencia en cortos, recurrió a un productor de televisión para empezar a preparar su filme. "Es complicado porque la gente no cree en esta industria. Es muy difícil buscar financiación y elaborar un plan de rodaje", comenta. "Por otra parte, es muy emocionante porque tienes la sensación de estar creando algo nuevo. Tú eres la que vas poniendo las piedras de esto. Es una manera de dejar tu legado", añade en tono optimista.

Al Mansour se ríe ahora al recordar los mil problemas que tuvo durante el rodaje. Por ejemplo, cuando tenía que dar determinadas instrucciones a un grupo de hombres y lo tenía que hacer desde una furgoneta (en su país, los hombres y las mujeres no pueden estar juntos en la calle). "Estas pequeñas cosas son las que te animan a trabajar con mucho más entusiasmo", dice.

La bicicleta verde es una película pequeña y emocionante. Y, al igual que la realizadora que la firma, también es optimista. "Mi país está cambiando. Es un camino largo y difícil, pero hemos empezado a andar. Estos cambios de los que hablo se notan en la gente joven, que tiene acceso a la moda, la tecnología y los viajes al extranjero para estudiar. Arabia Saudí en está en pleno proceso de transformación y va en la dirección correcta", afirma deseando que su película también sirva para abrir las puertas al cine en su país natal. "Tenemos que celebrar cada pequeño avance que damos", concluye.