La decisión de la Real Academia Sueca de conceder el premio Nobel de Literatura 2004 a la escritora y dramaturga austriaca Elfriede Jelinek ha despertado la polémica en su país. Casi desconocida en España, donde se la editó sin apenas repercusión a finales de los 80 y principios de los 90, Jelinek es una de las voces más destacadas pero también más controvertidas de las letras alemanas actuales. Su compatriota Michael Haneke llevó al cine su novela La pianista , protagonizada por Isabelle Huppert.

El comité de académicos justificó la concesión del galardón a la autora por "el flujo musical de voces y contravoces en sus novelas y obras de teatro que, con un celo extraordinariamente lingüístico, revelan el absurdo de los clichés sociales y su subyugante poder".

La escritora, de 57 años de edad, es una intelectual feroz y controvertida, que, se ha convertido en una de las grandes polemistas de su país. Ha sido considerada por sus detractores como una pornógrafa y una traidora a su patria. Esas voces críticas, de la derecha austriaca más conservadora, se escucharón ayer. El partido del populista Joerg Haider difundió ayer un comunicado en el que afirma que la escritora "disfruta arrastrando a Austria por la suciedad". Por contra, el presidente del país, el socialdemócrata Heinz Fischer, destacó las cualidades de Jelinek.

Menos complacida se sentía ayer la escritora, "más desesperada que alegre" por la distinción. "No me siento preparada como persona para hacer frente a la opinión pública. Me siento amenazada", dijo. Quizá por esa razón, advirtió a sus interlocutores suecos de que no recogería el premio el 10 de diciembre. Su editora Corinna Brocher lo hará en su nombre. La autora justificó su no comparencencia por motivos de salud.

DISTINCION COMO MUJER También se declaró consciente de que "si se recibe el premio como mujer, se obtiene también como mujer y una no puede alegrarse tanto". Asimismo quiso distanciarse de su país: "No deseo que este premio sea una flor en el ojal de Austria. No me identifico con el actual Gobierno y no estoy segura de que quienes dicen alegrarse con el premio lo hagan de verdad".

Nacida en 1946, Jelinek, hija de una madre católica y un judío de origen checo, creció en la alta burguesía vienesa. Fue sometida por su madre a una fuerte presión para convertirla en un genio musical. A los 16 años sufrió una grave crisis psicológica y se dedicó a la literatura. Además de una importante obra novelística, la autora también ha cultivado el teatro, en una serie de piezas de muy compleja puesta en escena.