A punto de cumplirse el quinto aniversario de la tragedia del 11-S, Nueva York se prepara para revivir en la gran pantalla el horror que cambió la vida de la ciudad y sus habitantes, de la mano del director Oliver Stone.

Siempre atrevido y polémico en la elección de sus argumentos, Stone es el primero en acercarse a lo que sucedió durante los ataques a las Torres Gemelas y las caóticas horas posteriores, a través de los ojos de dos supervivientes, John McLoughlin y Will Jimeno.

"Es una historia que debía contarse. Ese día murieron casi 3.000 personas y hubo sólo 20 supervivientes. Estos dos hombres estuvieron en el centro de la tragedia. De su equipo, solo ellos fueron capaces de sobrevivir", aseguró el director en rueda de prensa.

La historia de las víctimas 18 y 19 rescatadas con vida de debajo de los escombros de las Torres Gemelas de Nueva York, sirve como pretexto para contar el hermanamiento de miles y miles de personas en aquel martes negro.

Aunque la cinta adquiere un gran dramatismo en algunos momentos, Stone ha tratado de huir de la polémica y el dolor gratuito, por lo que considera que se trata de su película más "políticamente correcta".

Según el director, la película trata de expresar el sentimiento de todos los neoyorquinos a través de las mujeres, "esas mujeres que pasaron un infierno pensando que sus maridos nunca volverían a casa".

Una de esas mujeres que sufrió y lloró fue Allison Jimeno, esposa de Will Jimeno, quien tras asistir a una puesta en pantalla de la película aseguró que para ella resultó difícil ver el film.