Hace casi siete años, Beyoncé hizo un punto y aparte en su carrera con 'Beyoncé', su álbum de sonido más rompedor y uno que iba a marcar su forma de lanzar discos de ahí en adelante. Este no era un simple álbum, sino un 'álbum visual', es decir, en el que cada pieza de música (e incluso alguna no incluida en el repertorio) tenía su correspondiente videoclip o corto. Repitió el experimento en el 2016 con 'Lemonade', su álbum de catarsis conyugal. Y ahora se vuelve a mostrar decidida a expandir su imaginería con 'Black is king', versión visual de 'The lion king: The gift', su disco de acompañamiento al 'remake' en imagen fotorrealista de 'El rey león' del año pasado. La película acaba de estrenarse en exclusiva en Disney+.

Como el propio disco, 'Black is king' es una carta de amor a África, una celebración de su diáspora y un orgulloso manifiesto de afirmación frente al racismo. Según comentó en un post en Instagram del 28 de junio, quería "presentar elementos de la historia negra y la tradición africana con un giro moderno y un mensaje universal, y enseñar lo que significa encontrar tu identidad y construir un legado".

En el proyecto ha estado apoyada por realizadores de confianza como Jake Nava (director de, por ejemplo, el vídeo de 'Partition') o Pierre Desusschere (ya autor de los clips de 'Mine' y 'Ghost'), así como directores de sangre africana como Emmanuel Adjei y Blitz Bazawule (el de la excelente 'The burial of Kojo'). Junto a Beyoncé aparecen muchos de los artistas africanos que ya colaboraron en el disco original, además de actores sudafricanos (Nandi Madida, Warren Masemola) o nigerianos (Papi Ojo).

'El rey león' reelaborado

La película es, en términos generales, una versión moderna de 'El rey león': la historia de un joven rey separado de su herencia cual Moisés y obligado a lidiar con un mundo adusto mientras se decide a reclamar el trono que le pertenece. La primera canción en sonar es 'Bigger', en la que Beyoncé parece recordar a sus tres hijos que son parte de algo más grande que ellos mismos. Nuestro héroe sale disparado hacia el mundo cual meteorito y 'Find your way back' le invita a volver, a no olvidar de dónde viene, a infeccioso ritmo Afrobeats. Lentejuelas en paisaje arenoso.

'Don't jealous me', con carismáticas apariciones de Lord Afrixana (boa pitón enroscada en el cuello) y Yemi Alade como posibles equivalentes de las hienas de Disney, instalan al héroe en un paisaje de peligro, mientras que 'Scar' cuenta con una emotiva a la par que amenazadora aparición de Jessie Reyez.

Todo ese clima de oscuridad se rompe con 'Mood 4 eva', el particular 'Hakuna matata' de Beyoncé, en el que lo humilde y relajado da paso a lo paródicamente inspirador. Si en la letra del tema, Jay-Z se compara con Mansa Musa, antiguo gobernador del imperio de Mali, el vídeo no podía ser tímido. Aparece un Rolls-Royce con estampado de leopardo y Beyoncé nada en una piscina cual Esther Williams en una coreografía acuática de Busby Berkeley. Ya en su aparente veintena, a la altura de 'Ja ara e', el Simba humano sueña con algo menos ostentoso, solo con algo de vida nocturna.

Éxtasis de arte pop

Shatta Wale se suma a la fiesta en 'Already' y Pharrell en 'Water', pero la verdadera lluvia de estrellas llega con 'Brown skin girl', himno a las mujeres de piel oscura: visitan nuestro salón Naomi Campbell, Lupita Nyong'o, Kelly Rowland, la modelo Adut Akech E incluso vemos a Blue Ivy, hija mayor de Beyoncé, cantando la estrofa final. Es el momento más estelar de la película, con permiso de un momento reservado para el casi final.

Hablamos del alucinante vídeo de 'My power', el tema de 'The gift' que parecía escenificar la batalla Simba/Scar a golpe de gqom, estilo electrónico sudafricano entre hip hop, hard house y música tradicional. Nija, Tierra Whack, Moonchild Sanelly y Busiswa se lucen en un gran espectáculo de baile en un templo con la clara huella de Hannah Beachler, diseñadora de producción de 'Black Panther' y ya colaboradora de Beyoncé en 'Lemonade'. Éxtasis de arte pop.