El teatro romano pone fin a su cuenta atrás para reencontrarse con los clásicos. La 65 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida comienza hoy con la puesta en escena de la ópera Sansón y Dalila de Camille Saint-Saëns, en una versión inclusiva dirigida por Paco Azorín, que llevará a la arena del monumento bimilenario a unas 450 personas, entre ellas miembros de colectivos de personas con discapacidad de la región. La mezzosoprano María José Montiel como Dalila y el tenor neoyorquino Noah Stewart como Sansón encabezarán el reparto de intérpretes, que compartirán sus voces sobre el escenario con las del Coro de Cámara de Extremadura, mientras la Orquesta de Extremadura que dirige Álvaro Albiach contribuirá al brillo sonoro de este espectáculo coproducido con el teatro de la Maestranza, que estará también en cartel los días 29 y 30 de junio.

Temáticas como los conflictos y la rivalidad entre los pueblos, el amor y el odio congénito del ser humano se pondrán encima de la mesa, a través de los tres actos de esta tragedia basada en el libro de los jueces del Antiguo Testamento. En este montaje el teatro romano se traslada a Palestina, a una plaza pública de Gaza y al templo de Dagón, en el que hebreos y filisteos se enfrentan en un conflicto sin tregua desde el año 1150 a.C. El propio Azorín indicó ayer en rueda de prensa que la trama habla del «odio cronificado en el ser humano» y reflexiona sobre la necesidad de acabar con ese odio «de la única manera posible, que es con el amor». «Mi sueño es que la ópera llegue a todo el mundo», destacó Azorín, quien ha apostado por la inclusión materializándola a través de las personas con discapacidad que participan en el montaje.

Junto a Montiel y Stewart completan el reparto principal David Menéndez, Simón Orfila y Damián del Castillo, además de Cristina Faus y Alejandro Roy, que sustituirán previsiblemente a los protagonistas en la función del día 30. Junto a ellos, otra veintena de actores, unos 300 figurantes, y casi 170 músicos y cantantes conforman este espectáculo que batirá récords de intérpretes en escena, tal y como aseguró ayer el director del festival, Jesús Cimarro.

En el transcurso de una rueda de prensa muy emotiva, el responsable de la coreografía escénica, Carlos Martos, encargado de trabajar con los colectivos, se subió a la mesa para «romper una barrera más» y leer una emotiva carta de agradecimiento de Plena Inclusión Extremadura, en la que los participantes daban «mil veces las gracias» por «ponerles en el escenario». Pilar Mateos, Antonio Jesús Sayago y Yara Solís, todos ellos de Plena Inclusión, emocionaron a los asistentes con sus agradecimientos por la confianza que han depositado en ellos.

En su intervención, tanto Montiel como Stewart se mostraron agradecidos e ilusionados por su participación en el montaje. Albiach afirmó que se trata de un proyecto «muy bonito pero muy difícil», ya que las dimensiones y la acústica del teatro romano no son las más adecuadas para ejecutar una ópera. Por su parte, la secretaria general de Cultura de la Junta, Miriam García Cabezas, destacó que el festival «ya es un referente de teatro inclusivo y accesible». Por las bondades del certamen, el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, aseguró que la ciudad «no va a renunciar» a su declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.