Azote del sector turco más conservador y extremista, y erigido en puente entre Oriente y Occidente, Orham Pamuk (Estambul, 1952) se convirtió ayer en el primer escritor de Turquía que recibe el Premio Nobel de Literatura. Según el veredicto de la Academia Sueca, "Pamuk, en su búsqueda del alma melancólica de su ciudad natal, ha encontrado nuevos símbolos para reflejar el choque y la interconexión de las culturas". Horace Engdahl, secretario de la Academia, afirmó al anunciar el galardón en Estocolmo que "hay pocos autores en la literatura mundial que ofrezcan un retrato tan fascinante de la ciudad" como el autor de El libro negro, y destacó la "fascinante fantasía que Pamuk teje en sus novelas".

El nombre de Pamuk sonaba como uno de los más firmes candidatos al Nobel, pero en círculos de la institución que lo concede se le consideraba demasiado joven, 54 años, para recibirlo este año. "Esta vez les hemos dado de nuevo una sorpresa" a los que hacen pronósticos, añadió Engdahl en tono irónico.

El premio, dotado con 1,1 millones, se entregará, junto al resto de estos galardones, el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

MEZCLA DE CULTURAS Inmediatamente después de darse a conocer el fallo, Orhan Pamuk declaró, en conversación telefónica con los miembros del comité del Nobel, que su elección representa un mensaje contra quienes defienden la existencia de la teoría del "choque de culturas". "La imagen del Oriente y Occidente y su confrontación es una de las ideas más peligrosas de los últimos años", recordó el escritor, que lamentó que la la teoría de los polos culturales haya sido corresponsable "de la muerte de muchas personas".

Traducido a 34 lenguas y elogiado como un excelente rastreador de la huellas orientales en Occidente y viceversa, despierta en su país opiniones confrontadas. Reconocido como el valor más destacado de las letras turcas, sus detractores, ubicados en el polo más nacionalista del espectro político, lo ven como un traidor por su tenaz denuncia del genocidio armenio.

En febrero del 2005, unas declaraciones suyas a la prensa suiza en las que responsabilizó directamente a Turquía de la masacre de un millón de armenios y 30.000 kurdos en 1915 le llevaron a las puertas de los tribunales. Las presiones internacionales a favor del intelectual y de la preservación de los derechos humanos lograron que el juicio fuera aplazado y en enero de este año el Ministerio de Justicia archivó la causa. Casualmente ayer también el Parlamento francés adoptó una proposición de ley que sanciona penalmente la negación de este .genocidio.

Gran defensor de la adhesión de su país a la Unión Europea, Orhan Pamuk debutó en la literatura con Cevdet y sus hijos (1982), que logró el Premio Orhan Keml de Novela, a la que siguió La casa del silencio (1983), Premio Madarali. A principios de los 90 se dio a conocer internacionalmente con El libro negro (llevada al cine por su compatriota Omer Kavur bajo el título El rostro secreto ) y El astrólogo y el sultán , Oriente y Occidente en el imperio otomano . Me llamo Rojo , Nieve y La vida nueva , definida como un viaje interior y exterior, son otras de las novelas que le han consagrado como maestro de la literatura turca.

SU ULTIMA OBRA Su último trabajo, Estambul. Ciudad y recuerdos , es un libro autobiográfico en el que habla de su infancia, su familia, su educación en colegios laicos, sus avatares laborales hasta convertirse en escritor, su primer amor y, sobre todo, su relación con Estambul, una ciudad compleja, puente entre Asia y Europa, que ha marcado, según dice, su escritura y su carácter..

En Turquía se acogió la concesión con una mezcla de alegría y prevención por la coincidencia con la votación del Parlamento francés contra el genocidio armenio. El ministro de Exteriores, Abdullah Gul, manifestó que, mientras los asuntos cotidianos serán un día olvidados, "el Premio Nobel será recordado para siempre". Algo más explícito, Mehmet Dulger, presidente del Comité de Exteriores del Parlamento, añadió: "Es importante que un turco tenga este premio y no debemos verlo como un ataque a Turquía. Lo que él dijo sobre los armenios estuvo mal"..

Aunque la mayoría de críticos del país insistieron en que su activismo no había influido en la concesión, algunos medios nacionalistas aseguraron que sus denuncias habían sido un método de autopropaganda para lograr el galardón.