Este viernes le puso música a la compañía de ballet Valencia Dancing Forward, dentro del primer programa de la temporada ‘Nuevos públicos’, en marzo del 2017 tocó con Soledad Giménez, en octubre de ese mismo año con la soprano Ángeles Blancas, en marzo del pasado con el guitarrista José Manuel Cañizares y en julio con Buika, estas son algunas de las actuaciones que la Orquesta de Extremadura (OEx) ha tenido a lo largo de los dos últimos años al margen de su programa habitual de conciertos con o sin solistas invitados en las principales ciudades de la región, pero antes, y quizá esto sea lo más llamativo o singular de esta formación, en 2016, Vicente Ortiz decidió contar con ella para poner música a Cuerpo de élite, un éxito de taquilla en el cine y que se convirtió en la primera película, a la que han seguido otras, en la que la OEx participó en la ejecución y grabación de una banda sonora. Proyecto este calificado por Esteban Morales, gerente de la Fundación Orquesta de Extremadura, como «muy ilusionante, no solo por ser el primero, si no porque además la música que interpretamos estaba compuesta para una película de humor y acción» que luego se hizo serie.

A partir de ese momento saldrían nuevos y variados encargos tanto para cine como para televisión como Que baje dios y lo vea, comedia del 2017 dirigido por el extremeño Curro Velázquez con el reputado Fernando Velázquez al frente de la orquesta. Luego le llegó el turno a la serie de época, ambientada en la Sevilla anterior a la II República, La otra mirada, de nuevo con Fernando Velázquez, director y compositor de orquesta vasco, que tiene a la extremeña como su orquesta fetiche, ya que con esta agrupación también grabó en 2018 El pacto, y ese mismo año Lo nunca visto.

Sobre cómo se establecen los contactos, señala que «es el compositor quien contacta con nosotros y nos solicita grabar la música de la película o serie que está componiendo. Le presentamos las pocas fechas disponibles que tenemos al año, y si les encaja, nos envían un plan de trabajo para la grabación».

Preguntado sobre en qué beneficia a la orquesta estos trabajos y su repercusión, indica satisfecho que «la repercusión que ha tenido cada una de estas grabaciones ha sido muy positiva». La primera de las ventajas deriva de la visibilidad que tiene el cine, ya que «a través de sus bandas sonoras se consigue acercar la música sinfónica a un público muy amplio», y «también es importante el hecho de que estas grabaciones son subidas a plataformas de reproducción de música como iTunes, o Spotify. Esto permite llegar a más público que compra o reproduce música de películas que por lo general cuentan con un reparto de actores muy populares». Y sin menospreciar todo lo anterior, hay que resaltar además «la notoriedad que nos da como orquesta sinfónica. Es llevar la marca de la cultura de Extremadura a un nivel nacional o internacional», precisa Morales.

El ‘efecto llamada’ ha sido generalizado en toda España. «En años anteriores era más común grabar bandas sonoras con orquestas de otros países de Europa del Este debido a su reducido coste», explica Morales, quien indica que la situación ha cambiado porque ahora «los costes son muy similares a los de España, por ello, los directores y compositores optan cada vez más por contar con agrupaciones orquestales del territorio nacional» y pone como ejemplo el caso de Fernando Velázquez, que además de contar con la OEx también ha involucrado a orquestas de otras CCAA.

Grabación de discos

Otra actividad destacada es la grabación de discos con compositores o intérpretes, un trabajo que llevan haciendo desde su fundación (año 2000), y desde entonces han hecho 16, con sellos discográficos reconocidos como Sony Classical o Naxos. Algunas han sido para bandas sonoras de películas o televisión, o música para instituciones como el Ballet Nacional, e incluso un libro CD, y algunos de los artistas más reconocidos para los que han grabado son el violinista Aran Malikian o el guitarrista Pepe Romero. Con Soledad Giménez hicieron un concierto en Badajoz.

Este tipo de grabaciones, además de contribuir a dar notoriedad y repercusión a la Orquesta de Extremadura, que tiene a Álvaro Albiach como director titular y artístico, ayudan a difundir, gracias a su proyección a través de internet, el patrimonio editorial, como es el caso de la grabación de obras inéditas de las que no existían registros anteriores como ocurrió con la de Three Portraits with shadow, en 2009.

Todo esto es posible porque diversifica su actividad, una práctica común entre orquestas sinfónicas públicas y autonómicas, que en el caso de la extremeña se debe a que uno de sus fines fundacionales «es promover la cultura musical y, para ello, cada año se programan conciertos sinfónicos muy diversos para varios tipos de públicos, como lo es, por ejemplo, el público en familia», actividad esta que tiene una gran aceptación.

De hecho, hace tres temporadas se creó el ciclo ‘Nuevos públicos’, para hacer llegar la música sinfónica a través de otros estilos musicales como el jazz, el flamenco o el folk. También se creó el ciclo ‘En familia’, con la intención de ofertar una opción de ocio musical para disfrutar en todas las edades. Con este objetivo, el de atraer nuevos espectadores, esta temporada se ha programado un concierto con el grupo extremeño de folk Acetre y otro con la cantautora cacereña Chloé Bird.

Ventana socioeducativa

El trabajo de la OEx no se queda ahí, sino que siempre busca nuevas formas de atraer seguidores, despertar el interés de nuevos públicos y de mantener al que ya tiene y por esta razón desde hace un año desarrolla el proyecto ventana socieducativa ‘Afinando’, que engloba los talleres musicales que hacen en la margen derecha del Guadiana en Badajoz, ciudad en la que tienen la sede, los talleres de musicoterapia en hospitales, y la creación de las orquestas infantil y juvenil de Extremadura. También continúan con los encuentros de la Orquesta Joven de Extemadura (con Andrés Salado como director titular y artístico) y las masterclass con solistas invitados y profesores. Con estas iniciativas quieren, reitera Esteban Morales, «diversificar la cultura musical para hacerla llegar al mayor número posible de personas».

Sin embargo, estos trabajos ‘extras’ no siempre implican más horas para los músicos, ya que en los programas de nuevos públicos y en familia el tiempo para ensayar es similar al de cualquier concierto sinfónico de clásica, aunque con las grabaciones sí se necesitan más horas porque las agrupan en un día o dos y deben hacer dobles ensayos, y eso cambia la dinámica de trabajo.

Para los socioeducativos sí se requieren muchas horas fuera del horario, por lo que estas actividades suelen ser voluntarias para los músicos, profesionales que se verán con su público, con el de siempre y el nuevo, el 17 de enero en Badajoz y el 18 en Cáceres, para interpretar bajo la dirección de Iván Martín el sinfónico 05 con el programa El piano con orquesta de Chopin. Que no pare la música.