Como en los más esperados conciertos, un hombre paseaba frenéticamente el martes ante las puertas del edificio de la Academia de Hollywood en Wilshire Boulevard. Buscaba entradas para el auditorio. Y era misión imposible. Esas entradas se habían agotado en media hora nada más ponerse a disposición del público hace semanas. Tal anticipación es destacable: dentro no se esperaba a Martin Scorsese o a Stephen Frears, sino a gente como Geza Toth, Peter Templeman, Gary Rudstrom o Torill Kove, cineastas que, como Borja Cobeaga y Javier Fesser, están tan nominados al Oscar como los primeros y son protagonistas y testigos del renacimiento del cortometraje en la Academia y en Estados Unidos.

En salas de todo el país se proyectan los 10 cortos nominados en animación y acción. John Bloom, uno de los gobernadores de la Academia, explicaba que ya se pueden descargar oficialmente en internet y hablaba --sin exagerar-- de "decenas de críticas" en medios de comunicación que normalmente reservan esos espacios para los largos. Y Taylor Hackford, maestro de ceremonias de la velada (que empezó su carrera con un Oscar a un corto), anunciaba a los asistentes --incluyendo su esposa, Helen Mirren-- que quienes se sientan a ver los 39 minutos de los cinco trabajos de animación y los 98 de los de acción real "no pueden pasarlo mejor en el cine".

Para Borja Cobeaga y Javier Fesser --al que influyentes medios como Variety consideran uno de los favoritos por Binta y la gran idea -- la velada fue ocasión de ver a su competencia. En ella destaca The saviour , un trabajo australiano con un giro final de humor. También lo tiene, aunque nórdico, Helmer and son , y West bank story , situada en Israel, revisa en clave de comedia el clásico West side story .