Este era el año en que los académicos que entregan los Oscar podían marcar una diferencia, arriesgar y reconocer a quienes arriesgan, lanzar desde el corazón de Hollywood, en una gala que siguen por televisión millones de personas de todo el mundo, la imagen de una América distinta a la que lleva extendiéndose en los últimos seis años. No lo hicieron.

No ayudó la inesperada coronación de Crash como mejor filme, rompiendo todos los pronósticos que apostaban por Brokeback Mountain (En terreno vedado) ; ni el calculado reparto de premios entre superproducciones y obras más pequeñas, dejando sin oro a películas y trabajos necesarios; ni la gala de Jon Stewart, algo afilada pero nada rompedora. Los Oscar fueron más conservadores de lo que podía esperarse.

DEBATE Y SORPRESA El impagable gesto de sorpresa de Jack Nicholson al anunciar el Oscar a la mejor película, los extraños segundos de silencio que paralizaron a una orquesta que se veía recorriendo las praderas de Wyoming, la ausencia de aplausos en la sala de prensa y las caras de asombro en el Kodak Theatre resumían el shock. A partir de ahí, explicaciones y debate.

Puede que Crash , el retrato de tensión racial en Los Angeles trenzado por Paul Haggis, que se llevó también las estatuillas al mejor guión original y al montaje, toque de cerca a una comunidad de artistas que conoce la ciudad. Pero puede que Brokeback Mountain , por la que Lee ganó el Oscar de dirección, haya sido demasiado para parte de la Academia. Aunque también haya logrado el reconocimiento al mejor el guión adaptado y a la banda sonora, algunos miembros confesaron en privado que no la votaron como mejor película porque no querían verla.

Pocas veces se ha reaccionado con tal pasión ante un Oscar y ayer, por ejemplo, Kenneth Turan, en el diario Los Angeles Times, firmaba un artículo demoledor contra Crash : "Es en su corazón una película típica de Hollywood, manipuladora y alejada de la realidad. Te puede hacer creer que has cumplido con tu deber moral y has examinado tu alma cuando en realidad sólo has reconfirmado tus ideas preconcebidas. Los académicos podían votarla y no sentir que ponían manchas en sus credenciales progresistas por dejar en la sombra lo que podía ofrecer Brokeback ".

Ninguna decisión en ninguna otra categoría despertó tales reacciones. King Kong , Las crónicas de Narnia y Memorias de una geisha se llevaron cada una tres premios técnicos. Se celebró con júbilo el Oscar para Philip Seymour Hoffman por su recreación de Truman Capote. Se disiparon dudas y en la categoría de reparto ganaron George Clooney, por su trabajo en Syriana , y Rachel Weisz, por El jardinero fiel . Y el Oscar a Reese Witherspoon tuvo como único contrapunto dejar en la cuneta la brillante creación de un transexual que Felicity Huffman borda en Transamérica .

En vez de a Paradise now , la controvertida y fabulosa película de "los territorios palestinos" (así se presentó), el distinguió por vez primera a una cinta surafricana, Tsotsi . Y en un año en que los documentales hablaban de corrupción, sucias campañas políticas o explotación en el continente negro, Hollywood prefirió premiar El viaje del emperador , una película sobre pingüinos.

Quedó en manos de los galardonados el congratularse porque las películas comprometidas, al menos, optaran a los Oscar. "Se dice que estamos alejados de la realidad --dijo Clooney--. Hablábamos de sida cuando sólo se murmuraba, de derechos civiles cuando no era popular. Estoy orgulloso de ser parte de Hollywood". Algo es algo.