¿Qué precio se ve obligado a pagar el hombre por ejercer su libertad en cualquier sociedad? Esta pregunta resume la esencia de Herejes , la nueva e intensa novela del autor cubano Leonardo Padura, una narración en clave de novela negra e histórica con el drama de la persecución y el exilio de fondo.

Herejes (Tusquets) retoma un capítulo "bochornoso", en palabras del propio Padura (La Habana, 1955), el abandono de más de novecientos judíos que viajaban en el S.S. Saint Louis, en 1939, huyendo de los nazis y cuyo propósito era que fueran acogidos en Cuba. El barco pasó varios días fondeando frente a la Habana esperando que se autorizara el desembarco de los refugiados, pero éste nunca llegó y el barco volvió a Alemania, con el final que Himmler tenía preparados para ellos, el llamado programa de limpieza .

Pero este es el punto de fuga que le permite a Padura construir un dibujo histórico, que se divide en tres partes y que se inicia en 1939 en la Habana y la imagen del niño Daniel Kaminsky y su tío (judíos polacos procedentes de Polonia) esperando en el muelle a que su familia desembarque del Saint Louis. Y en este gran mosaico, el autor de El hombre que amaba a los perros , introduce el enigma y la clave negra que recorre toda la novela, países y espacio temporal y que no es otro que el misterio que rodea un lienzo que pintó Rembradt en 1647 y que posee la familia Kaminsky desde el XVII.