Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, Licenciado en Derecho, Máster en Banca y Finanzas y Doctor cum laude en Organización de Empresa. Francisco Alcaide Hernández (Madrid, 1976) lleva cerca de veinte años estudiando por qué unas personas (o empresas) consiguen lo que se proponen y otras se quedan a mitad de camino. El libro Aprendiendo de los mejores (Editorial Alienta, 2020) del que se acaba de publicar la 20º edición ampliada y actualizada, trata de eso. Nos habla de la importancia de nuestro desarrollo personal: «Nunca asumas que llevas el tipo de vida que te ha tocado vivir. El único antídoto contra todos los males es la autorresponsabilidad»; y también de la importancia del estudio, de la persecución de los sueños, y de la seguridad de que uno es dueño de su propio camino. Ese, del que siempre nos quedará tanto por recorrer si queremos seguir progresando. «Sueña en grande, empieza pequeño, actúa ahora…, y ponte en acción», aunque como nos recuerda Alcaide, «las circunstancias no sean las mejores en cada momento».

Disfruten de las metas, las ajenas y las propias y, sobre todo, de aquellas que nos esperan a todos los que luchamos por ellas. Mientras se consiguen o no, sigamos aprendiendo. Pasen y lean.

--¿Qué aptitudes y actitudes se han de tener para conseguir ‘aprender de los mejores’?

--Lo más importante es reconocer sin excusas que nuestra vida es un reflejo de nuestro desarrollo personal. Tu nivel de éxito solo puede crecer hasta el nivel al que crezcas tú. A partir de ahí hay que aprender de los mejores, de aquellas personas que tienen una trayectoria que les avala, que han conseguido resultados que a nosotros también nos gustaría conseguir. El éxito se basa en hacer bien las cosas correctas.

--Más de 70.000 ejemplares vendidos, 20 ediciones…, ¿nos hace más falta de lo que reconocemos esa ayuda?

--Reconocer carencias no es algo propio de los seres humanos. Se requiere humildad para aceptar que hay cosas que mejorar. Pedir ayuda no es de ser débil, sino todo lo contrario. La gente que llega lejos pide ayuda cuando lo necesita y avanza en la vida; la gente autosuficiente se refugia en su orgullo y queda estancada. La autocrítica es clave para el éxito.

--Creo que el éxito de su obra es un buen síntoma. Significa que hay muchas personas que están dispuestas a seguir creciendo personal y profesionalmente, ¿no le parece?

--Todas las personas, con independencia de lo que hayamos logrado, sentimos un deseo innato de crecer y mejorar. ¿Quién no quiere tener más éxito? ¿O ganar más dinero? Otra cosa es que en periodos de bonanza tendemos a relajarnos, mientras que en periodos de crisis buscamos soluciones. Cuando nos van bien las cosas, disfrutamos; cuando nos van mal, apretamos los dientes.

--¿Hay edades que impiden el éxito profesional?

--El mundo es hoy día más plano que nunca. Gracias a la tecnología, se depende menos de las necesidades económicas, de la presencia física y espacial, o de la fuerza. Esto tiene una gran ventaja y un inconveniente. La ventaja es que el éxito está al alcance de cualquier persona; el inconveniente es que la competencia es más fuerte que nunca.

--¿Qué le diría a las personas que llegan a los 50 con la sensación de no haber desarrollado todo su potencial profesionalmente?

--Que están en un momento excelente. El cambio más significativo del último siglo ha sido el aumento de la esperanza de vida. Hoy, una persona con 50 años no solo tiene una buena salud, sino mayor experiencia de vida. Un ejemplo es Ray Kroc, impulsor de McDonalds. Cuando decidió emprender tenía 52 años, diabetes y artritis. Le habían extirpado la vesícula y parte de la glándula tiroides, pero estaba convencido de que lo mejor estaba por llegar. No hay excusas para quien tiene ansias de triunfo. Eso ocurrió en 1954, una época en la que el nivel de salud y energía no eran lo que son hoy día.

--¿Cuál es el mayor enemigo del éxito?

--La cobardía. Para todo lo importante de la vida se requiere valentía. Para que ocurran cosas hay que hacer cosas; y para hacer cosas hay que atreverse. Miedo tenemos todos, pero unos (los valientes) los afrontan y otros (los cobardes) huyen de ellos. El miedo se tiene, la cobardía se elige. Sin valentía nada tiene sentido: ni hay éxito ni felicidad. Una máxima latina dice: Audentes fortuna iuvat (La fortuna sonríe a los valientes). La cobardía es siempre aliada de la mediocridad.

--«Nada cambia si tú no cambias; nada mejora si tú no mejoras» Ante la situación covid que estamos viviendo, de crisis económica, de incertidumbre, ¿de verdad cree que es posible poner en marcha este cambio?

--En la vida solo hay dos opciones: o aceptar las condiciones existentes o aceptar la responsabilidad de cambiarlas. Ir de víctima o de protagonista es lo que determina en buena medida nuestras vidas. Muchas veces la culpa de una situación no es nuestra, pero sí la responsabilidad de encontrar una solución a esa situación. Si no te responsabilizas de tu vida, es probable que nadie lo haga por ti. O te responsabilizas de tu vida y de tus resultados, o te vuelves vulnerable.

--«Nunca asumas que llevas el tipo de vida que te ha tocado vivir», ¿y cuando tú trabajo depende de un cargo de confianza en política, por ejemplo, o las cargas familiares son mayores que las posibilidades de cambiar?, ¿cómo se alcanzan los sueños?

--En la vida todo tiene un precio, y uno decide si lo paga o no. No se puede pretender ser futbolista y salir de juerga los fines de semana. Somos nuestras decisiones. Cada decisión, consciente o inconsciente, va configurando silenciosamente nuestro destino. Stephen Covey afirmaba: «Hasta que una persona no pueda decir profunda y honestamente: ‘Soy lo que soy como consecuencia de mis decisiones de ayer’, tampoco podrá decir: ‘Elijo otra cosa’».

--De todos los personajes de los que expone sus consejos, modos de vida, etc, ¿Cuáles son los que más le han impresionado?

--Para mí un referente es Jim Rohn. Sus frases ponen el énfasis en el potencial del ser humano. Él decía: «El éxito no es algo que consigues, es algo que atraes a tu vida como consecuencia de la persona en que te conviertes». Y añadía: «No vivas por debajo de tus posibilidades. Invierte en tu desarrollo personal y vive la vida que quieres».

--¿Cual es el mejor consejo que le han dado?

--No basta estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, hay que ser también la persona adecuada. Si no estás preparado, las oportunidades no aparecerán en tu vida. El éxito ama la preparación: a mayor preparación, mejores resultados. Nuestra capacidad de aprender es la herramienta más poderosa con la que contamos las personas. Entre tu estado actual y tu estado deseado solo existe una palabra: aprendizaje. Y el aprendizaje son tres cosas: estudio (teoría), experiencia (práctica) y feedback (mejora).

--Para los entusiastas del mundo del management (técnica de dirección y gestión de empresas) y el desarrollo personal, entre los que me incluyo, ¿comparta con nosotros tres consejos infalibles para llegar a la meta, para cumplir nuestros sueños?

1. Hábitos: tus actos determinan tus hábitos y tus hábitos determinan tu futuro. No es difícil pronosticar la vida a largo plazo de una persona observando sus hábitos.

2. Compromiso: que no es otra cosa que incondicionalidad; hacer lo que haga falta el tiempo que haga falta.

3. Actitud: cómo respondes a todo lo que sucede, porque ningún éxito es una línea recta. Tu actitud da forma a tu vida. No puedes elegir muchas cosas, pero puedes elegir tu actitud.