Se ha convertido en el auténtico fenómeno cinematográfico de la temporada. Desde su estreno en el Festival de Cannes no ha parado de sumar adeptos hasta erigirse como un filme-acontecimiento. En casi todas las listas del año se sitúa en el primer puesto. Ganó el premio a la Mejor Película extranjera en los Globos de Oro y es favorita en los Oscar para alzarse con el premio a la Mejor Película Extranjera (como mínimo, porque probablemente consiga más galardones), restando posibilidades a la que hubiera sido la natural vencedora en esta categoría, Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar. ¿Cómo es posible que una película coreana sin estrellas internacionales haya conseguido semejante repercusión? Parásitos, que ha recaudado más de 150 millones de dólares, podría convertirse en la tercera película de habla no inglesa más taquillera de la historia después de Tigre y dragón (213 millones de dólares) y de La vida es bella (230 millones). ¿Por qué Parásitos es un boom?

EL EFECTO PALMA DE ORO Y LA UNANIMIDAD DE LA CRÍTICA

3 Ganar la Palma de Oro no asegura alcanzar la gloria más allá del prestigio que lleva implícito el galardón. Sin embargo, sí sirve para poner en órbita una película, sobre todo cuando va acompañada del aplauso de toda la crítica, que no tardó en calificarla de obra maestra. Era la primera película coreana que ganaba en Cannes tras el impacto que esta cinematografía ha conseguido en las últimas décadas gracias a algunos de los directores que han contribuido a renovar las convenciones de género a través de un sello autoral, como el propio Bong Joon-ho, Park Chan-wook o Lee Chang-dong. En el ambiente se mascaba una absoluta unanimidad y ese fue el primer espaldarazo para su venta internacional a más de 20 mercados. Desde entonces, asistimos a un efecto de bola de nieve que no paró de crecer hasta desembocar en alud.

FÁBULA SOBRE

LA DESIGUALDAD

3 La mayor parte de la filmografía de Bong Joon-ho se ha centrado en la crítica al sistema y el poder establecido, en la reivindicación de los personajes marginales y desheredados y en la reactualización de los postulados del cine de lucha de clases. Sin embargo, el momento de crispación social en el que nos encontramos y el aumento de las desigualdades y de la discriminación han provocado que los espectadores se sientan más próximos a todas estas cuestiones, estableciéndose una identificación directa con esa familia que en la película intenta sobrevivir como puede y que utiliza la picaresca para introducirse en la mansión de una familia rica y, en un momento dado, después de sufrir toda clase de humillaciones, rebelarse contra su posición servil.

CINE DE AUTOR, PERO A LA VEZ TAMBIÉN POPULAR

3 Bong Joon-ho es un director con unos rasgos de estilo muy definidos, pero lo cierto es que sus películas siempre se han caracterizado por ser accesibles al gran público. Es probablemente por eso que al principio de su carrera se le atribuyó el sobrenombre de «el Spielberg coreano». El director alcanzó el reconocimiento gracias al thriller Memories of Murder (Crónica de un asesino en serie) y más tarde a la monster movie The Host, que ya tenía pretensiones de superproducción. Con Rompenieves y Okja se abrió a los repartos estelares y trabajó con actores del star system de Hollywood como Chris Evans, Jamie Bell, John Hurt, Ed Harris, Jake Gyllenhaal, Paul Dano y su siempre fiel Tilda Swinton, musa de todos los genios outsiders. Son varias las características que hacen su cine especialmente atractivo: la utilización de metáforas para hablar de los problemas del mundo en que vivimos, la ingeniosa y heterodoxa mezcla de géneros (en la que triunfa la comedia negra y el elemento sorpresa) y que sus personajes siempre sean buena gente que lucha contra las adversidades.

CONECTA CON TODO TIPO DE GENERACIONES

3 En un principio podríamos haber asegurado que el público de Parásitos iba a ser esencialmente adulto, pero lo cierto es que ha conectado con las nuevas generaciones hasta el punto de convertirse en contenido viral gracias al diálogo constante con las redes sociales. A través de twitter comenzó a popularizarse el hashtag #BongHive para alabar la película y utilizar toda una batería de memes procedentes de algunas de las escenas más impactantes. Incluso la actriz Park So Dam explicaba en un vídeo cómo hacer «el Jessica Jingle», mientras que Bong Joon-ho pedía por favor que no se revelaran los twists de la trama ni se hicieran spoilers, contribuyendo todavía más al hype. En una charla organizada por el director de Cannes, Thierry Frémaux, los participantes concluyeron que «era demasiado buena para no ser un éxito». Sin embargo, el propio director reconoció que cuando la estaba haciendo pensó que no le iba a gustar a nadie por ser muy friki.

LO AUTÓCTONO SE CONVIERTE EN UNIVERSAL

3 Son muchos los directores que utilizan el elemento local para sacar no solo todo el partido al pintoresquismo, sino para evidenciar que los problemas de un lugar son los mismos que los de cualquier otro. El director habla de las injusticias en la sociedad coreana, de esa generación Hell Joseon que se siente aplastada por la falta de oportunidades. La película ha abierto un debate político sobre el reparto de la riqueza, los privilegios, la corrupción económica y la frustración de la clase trabajadora. ¿No es el mismo sentimiento de hastío que late en la mayor parte del mundo? Parásitos, al igual que Burning, de Lee Chang-dong, o Extreme Job, de Lee Byeong-heon, se inscribe en una corriente de denuncia explícita, pero en la película de Bong Joon-ho también hay una voluntad de divertir a través de los elementos narrativos y el lenguaje cinematográfico, de los giros de guion y la caricatura.