Tras dos años de reformas y más de ocho millones de euros destinados a su renovación, el Palacio Galliera abrirá sus puertas con una retrospectiva dedicada a Gabrielle Chanel. Este jueves, 1 de octubre, en plena semana de la moda marcada por la pandemia, el Museo de la Moda de la Ciudad de París inaugurará esta exposición única consagrada a la larga carrera de la fundadora de Chanel y a su visión particular de la elegancia femenina.

“Antes de ser una marca, Chanel fue una aventurera”, escribe Lilou Marquand, asistente de la diseñadora durante sus últimos años de vida, en su libro ‘Chanel me dijo…’. La aventura de Coco comenzó con una ruptura 'vis-à-vis' de los cánones estéticos de la época. Gabrielle Chanel reinterpreta el confort, la funcionalidad, la sobriedad y la elegancia de las prendas masculinas, para crear una mujer dandy.

A los principios de confort y respeto de la anatomía femenina, Chanel añadió un elemento de vital importancia: la calidad y la ligereza de sus telas, pasando del tweed al jersey. En 1910, su versión del traje de chaqueta y del vestido negro ganaron numerosos adeptos. En 1950, se convirtieron en símbolos de una nueva feminidad, una imagen de marca intemporal.

SU MANIFIESTO DE MODA

Dejando de lado su vida privada y las múltiples leyendas que planean sobre su biografía, el Palacio Galliera dedica su exposición únicamente a la prolífica carrera de Coco Chanel: a su manifiesto de moda.

La exposición, organizada en orden cronológico, recorre con detalle la evolución de la diseñadora. Desde sus primeras piezas emblemáticas, como su trenca marinera en tela de jersey de 1916, pasando por sus icónicos vestidos negros, sin olvidar sus sofisticadas piezas de 1930, ni su mítico perfume N5, la quinta esencia de su marca.

Evitando a toda costa el carácter efímero de la moda, Gabrielle Chanel consagra sus primeros años de carrera a contestar los diseños que impiden el movimiento y desequilibran las líneas. Así, rechazando cualquier ornamento superficial, la diseñadora propone formas naturales y simples, prendas ligeras que respetan el cuerpo femenino, permitiéndole moverse con soltura.

Esta primera etapa desemboca, en 1920 y 1930, en “el nacimiento de un estilo”. “Es la materia la que hace el vestido y no los ornamentos que podemos añadirle”, dijo Chanel por aquel entonces. Una declaración de principios que marcará cada uno de sus diseños. En busca de la simplicidad, sus prendas se inspiran en los códigos de la elegancia masculina y el dandismo, incluyendo materiales hasta entonces excluidos de la alta costura, como el tweed o la malla.

UN PERFUME CONVERTIDO EN ICONO

La combinación de lo ordinario y el lujo, así como sus cortes depurados y proporcionados, se traduce en un equilibrio que Chanel convirtió en un estilo propio. Vestidos, camisas, trajes de chaqueta y faldas, reunidos en los pasillos del Palacio Galliera, dan prueba de su carácter intemporal, sobrio y elegante.

Imposible dejar de lado una de las creaciones estrella de Gabrielle Chanel: el perfume N5. En 1921, rompiendo de nuevo con los cánones de la época, Ernest Beaux creó para Chanel una fragancia sin ningún aroma preciso, optando por un perfume construido a base de 80 esencias diferentes. La retrospectiva parisina dedica toda una galería al mítico perfume, uno de los más vendidos del mundo. Marilyn Monroe contribuyó a ensalzar su fama: "En la cama, yo solo me pongo Chanel N5", aseguró la estrella estadounidense en una entrevista a la revista Life en 1952. Desde entonces, su éxito es irrevocable.

EL TRAJE DE CHAQUETA, UN ARQUETIPO DE LA MODA FEMENINA

El Palacio Galliera recoge también las creaciones más lujosas de Chanel. En 1930, sus austeras colecciones incluyen sutiles elementos de invención y clasicismo. Sin desequilibrar las líneas, la diseñadora abre la puerta a la asimetría. Ligeros volantes, lentejuela y perlas, jugando siempre con la monocromía, pasan a formar parte de su vocabulario.

Tampoco podía faltar la joya de la corona: el traje de chaqueta, icono intemporal de Chanel. En 1954, con 70 años, Gabrielle Chanel sintetiza los grandes principios de su visión de la moda en dos piezas clave: una chaqueta flexible y ligera, y una falda cómoda y móvil. El contraste de los colores de ambas piezas y la precisión de su corte coronarán el diseño, convertido en un verdadero arquetipo de la moda femenina, una referencia a nivel mundial.

Así, a través de 350 prendas, el Museo de la Moda de la Ciudad de París propone un minucioso recorrido por el trabajo de Gabrielle Chanel, un verdadero manifiesto de moda de valor incalculable. La exposición, elegida para inaugurar la reapertura del Palacio Galliera, concluirá el próximo 14 de marzo.