Fernando del Paso, sexto escritor mexicano que recibe el Cervantes, aprovechó ayer su discurso de agradecimiento para denunciar la situación de su país en una intervención política, literaria, y biográfica, donde no faltó el humor y juego lingüístico.

"Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar, continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, la impunidad y el cinismo", señaló Del Paso en la solemne ceremonia celebrada en la Universidad de Alcalá de Henares, en presencia de los Reyes.

Y ante el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, el secretario de Cultura de México, Rafael Tovar, y el líder de la oposición Pedro Sánchez, entre otros personalidades y representantes institucionales.

En silla de ruedas, muy elegante, con traje azul de raya diplomática roja y con una corbata roja y amarilla, para llevar a España "en el pecho, muy cerca del corazón", el escritor dijo: "Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza. "Pues bien, me trago esa vergüenza. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza", precisó, al tiempo que subrayó que quiso aprovechar "este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de la bautizada como Ley Anteco. "Una ley opresora --explicó-- que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, o el orden público".