Paul Laverty conoció a Ken Loach en Glasgow a su regreso de Nicaragua a finales de los años 80. Como abogado de una organización no gubernamental, allí se había enfrentado a mil casos de torturas y violaciones de los derechos humanos. No podía cerrar los ojos a lo que estaba pasando y se le ocurrió enviar cartas a directores de cine. El único que le contestó para decirle que no estaba loco fue Loach. De ese encuentro nació La canción de Carla , un alegato contra la intervención de la CIA en el país sandinista. Fue la primera de las 10 películas que ha escrito para el cineasta. La décima acaba de ganar la Palma de Oro en Cannes.

Con The wind that shakes the barley (El viento que sacude la cebada ), Laverty sitúa, de nuevo, la historia al lado de los desprotegidos. "Es la lucha de David contra Goliat", dice, sobre este relato que indaga en la génesis del conflicto de Irlanda. Dos hermanos luchan por la independencia hasta que sus conciencias políticas los conducen a una situación límite. "El desafío es entender las raíces", afirma el autor. La agenda oculta, el segundo filme que rodó con Loach, logró en 1990 el premio del jurado de Cannes, tras avivar una gran polémica. El tema que indaga, aunque trasladado a los años 80, es el mismo: la guerra sucia del Gobierno británico contra el IRA.

EL LENGUAJE DE LOS OJOS Cannes volvió a valorar un filme escrito por él para Ken Loach. Con Sweet sixteen , Laverty ganó en el 2002 el premio al mejor guión. Pero una trama potente, según él, deja de serlo sin una buena dirección de actores. "Es difícil de separar. Si no crees en lo que te están diciendo los ojos que ves en la pantalla, el guión no va a ningún lado", argumenta un guionista que piensa en boca de sus personajes. "Me interesan las ideas. Y en este terreno Loach y yo trabajamos con independencia y libertad".

Es sabido que los ganadores arrastran la historia al terreno de las mentiras. "Todos los imperios ocultan la verdad para justificar hechos terribles, no sólo el británico". El guionista recuerda que cuando se celebró el 500 aniversario del descubrimiento de América no se habló de lo que sucedió en el otro lado. "Colón llevaba mastines para atacar a los indígenas. Y en su segundo día había cortado varias orejas, narices y dedos. Eso se calla".

Laverty se mantiene crítico con el pasado colonial de Gran Bretaña. "Se debería revisar la brutalidad de la colonización en Africa y la India, y cómo ciudadanos del imperio se convirtieron en esclavistas y torturadores". Opina que no es el idealismo lo que conduce a la violencia, sino la oposición a la justicia. Irlanda, para él, cobra especial actualidad. "Los ejércitos occidentales no han dejado nunca de ocupar países", insiste un escocés que denuncia que la ocupación inglesa fue muy violenta.