"No he tratado tanto de entenderla como de darle verdad". Así resumió el pasado lunes Paz Vega su trabajo en la última película de Ray Loriga, Teresa. El cuerpo de Cristo, donde da vida a la mística del siglo XV y a la que tildó de "luchadora e icono del feminismo" en una época en que dicho término ni siquiera existía.

La actriz y el director presentaron el pasado lunes en Sevilla la película, que se estrenará en toda España el 9 de marzo, y en la que Vega está acompañada por Leonor Watling, Eusebio Poncela y Geraldine Chaplin, entre otros. Siguiendo el contenido del Libro de la Vida de la propia santa, la película retrata el periodo que va desde su juventud hasta que fundó su primer convento. A punto de dar a luz y vestida de negro, Paz Vega desveló que se trata del papel "al que le he puesto más de mí, tanto exterior como interiormente", aunque fue una relación recíproca satisfactoria porque "luego me aportó mucho". Así, apuntó que había descubierto un personaje de "dimensión increíble y apasionante" que le cautivó de principio a fin.

Una suerte y un riesgo No obstante, reconoció que un personaje así "es tanto una suerte como un riesgo". "No todo brilla y se tiene mucho miedo", explicó, señalando que meterse en la piel de la santa ha sido "todo un reto" y un cambio de registro porque no es una persona "al uso". "Nunca me había visto tan encorsetada en un traje, sin efectos, casi sin maquillaje", relató a la prensa. "Y no tenía dónde agarrarme en algunas escenas que se rodaban de un tirón y en las que no tienes más recursos que tu voz, tu sentimiento y tu mirada", confesó.

La actriz se documentó mucho, dado que su conocimiento se reducía a la lectura de algunos poemas en la época escolar, aunque no quiso ver anteriores interpretaciones de santa Teresa "porque no se trata de imitar; esto es arte y cada uno tiene su visión". Por su parte, Ray Loriga asumió la acusación de que su versión de santa Teresa es feminista, una lucha que dijo está aún "lejos de acabarse".

Más allá de los éxtasis, el director concibió a Teresa de Avila como una mujer que "llevó a cabo una revolución social y política dentro de la iglesia católica, convirtiéndose en una luchadora y un icono del feminismo cuando esta palabra no existía", aunque la película trata más de explicar su misterio que a la mujer en sí.

El director Ray Loriga se defendía el lunes de las críticas vertidas por parte de la Iglesia acerca de la "carnalidad" de santa Teresa en su película alegando que se trata de una de entre el millón de perspectivas posibles. "Como herencia cultural, santa Teresa pertenece al mundo, no a la Conferencia Episcopal", manifestó el director, tras entender que desde una perspectiva "dogmática y católica practicante" se tengan "recelos y opiniones, tan respetables como la mía", concluyó.