Pedro Almodóvar no ha salido indemne después de escarbar en el pozo de la memoria durante el rodaje de Volver . "Me veo con una fragilidad que pensaba que había superado". Quizá es porque ahora se atreve a mirar "cara a cara" y "con serenidad" a la muerte, pese a que sigue sin aceptarla. Ese careo con la muerte es, finalmente, el tema central de la película número 16 del aclamado director manchego, que se estrena este viernes en las salas comerciales.

Almodóvar ha vuelto a sus esencias y asimila sus propios fantasmas, sean éstos intangibles, como la muerte, o de carne y hueso, como Carmen Maura, a la que recupera tras un desencuentro de 17 años. Vuelve también con su equipo habitual: el fotógrafo José Luis Alcaine, el montador de José Salcedo y el compositor Alberto Iglesias. La versión por seguidillas del tango que da título al filme la interpreta Estrella Morente.

RAZONES DE SALUD Carmen Maura, Penélope Cruz, Lola Dueñas, Blanca Portillo y la joven Yohana Cobo acompañaron ayer al realizador en la multitudinaria presentación a la prensa del filme. Faltó, por razones de salud, Chus Lampreave, otro de los rostros que ha popularizado el director desde sus inicios en los años 80. "Sin las actrices, esta película no existe", manifestó Almodóvar casi de entrada, a modo de proclama.

Ellas devolvieron el cumplido con una catarata de elogios. A Penélope Cruz, la historia de Volver le pareció desde el principio "una bomba". Para Maura, el reencuentro fue "muy satisfactorio" porque comprobó que la química entre ambos "era la misma" que antaño. Dueñas vio cumplido el "sueño" de ser dirigida por Almodóvar, y Portillo, cuyo trabajo fue destacado por el director, se confesó rendida a la "magia" del cineasta.

Almodóvar apuntó que su nueva criatura supone una renovación dentro de un estilo ya asentado. Las madres están representadas por los personajes de Maura y Cruz, igual que la abnegación y la soledad de las mujeres se reflejan en los personajes de Dueñas y Portillo.