Es la cuarta vez que Pedro Almodóvar acude a los Óscar, en esta ocasión "más tranquilo que nunca" con su cinta más personal, una historia semiautobiográfica llena de referencias y recuerdos propios, que también se despiertan en su regreso a los premios más celebrados del cine.

"El primer recuerdo que tuve al llegar está vinculado al hotel, hemos vuelto al primero donde estuvimos cuando "Mujeres al borde de un ataque de nervios" e incluso el olor de las habitaciones es el mismo del año 1989", señala Almodóvar en una entrevista con Efe, horas antes de conocer si "Dolor y Gloria" le entregará su tercera estatuilla dorada.

Preguntado por si echa de menos algo de aquellos tiempos, el español menciona "la libertad de esa época".

"Echo de menos en los artistas, tanto en los que comienzan como en los otros, la ausencia de mercado. El hecho de que no hubiera mercado para nada, para las canciones, para la moda... las cosas nacían con mayor espontaneidad", señala.

Aunque el manchego, uno los invitados más consagrados y reconocidos en esta edición de los Óscar, no pierde la espontaneidad cuando admite que, si bien no parece que sea el favorito en la mejor película internacional, sus nervios se disparan "en el momento en el que anuncian las cinco películas que optan al premio".

"En ese momento si que reconozco que me pongo nervioso y me emociono mucho", señala Almodóvar.

Con el fenómeno "Parasite" omnipresente en las conversaciones y las apuestas, Hollywood ha aplaudido esta historia del español, un autorretrato ficcionado en el que Almodóvar repasa las glorias y los dolores de su vida, con vínculos tan presentes en el imaginario almodovariano como su madre, el pueblo, la infancia y los primeros amores.

En la cinta también aparecen referencias a los años 80 que revolucionaron la cultura española y renovaron la imagen conservadora que tenía el país en el exterior, algo a lo que el cineasta contribuyó de una manera que el mundo creativo, cambiante y veloz, aún recuerda.

"No creo que esa etapa pudiera repetirse porque no venimos del mismo pasado. Veníamos de la enorme oscuridad de una dictadura, entonces la explosión de libertades a finales de los 70 y a lo largo de los 80 tenía que ver con el renacimiento de un país", explicó.

Aún así, con explosión de libertades o en circunstancias "completamente distintas" como las actuales, Almodóvar continúa despertando interés, admiración y reconocimiento con sus nuevos trabajos.

¿Cómo se vería el joven Almodóvar de la movida madrileña, que referencia en "Dolor y Gloria", en pleno 2020?

"Yo en ese momento grababa con la Súper 8... así que ahora estaría haciendo peliculitas para que se vieran en la red. Todo ha cambiado demasiado", afirma el autor, sin entrar en comparaciones, excepto una que guarda mucha relación con la dinámica del internet que mencionaba.

"Ahora mismo necesitas hacer algo que tenga un éxito absoluto e inmediato -opina-. Y eso cambia la manera en la que el artista o cualquier persona se acerca a la obra".

Quizás por ello, Almodóvar prefiere no paralizarse en la fugacidad del éxito y ya avanza en su próximo proyecto, muy vinculado esta vez con el realismo sucio de la literatura estadounidense.

"Tengo ya un primer borrador, está la historia unificada porque se basa en cinco relatos y el primer trabajo ha sido unificarlos", apunta el cineasta.

Pronto comenzarán a buscar localizaciones tanto en el país norteamericano como en España.

"Hoy he estado con una de las actrices, no quiero decirte quien, es una de las nominadas", concluye sin dar más pistas.