Mestizaje es la palabra fetiche de Pedro Guerra. Atraviesa todos y cada uno de sus discos y es el pilar en el que se asienta su ONG, la Fundación Contamíname para el Mestizaje Cultural. Fiel a este espíritu, el cantautor tinerfeño presentó en el 2001 esta asociación en la sala Galileo Galilei de Madrid con un concierto en el que participaron Julieta Venegas, Chico César y Lenine. Un año después volvía al lugar de los hechos acompañado por Luis Pastor, Martirio y Javier Ruibal. Contaminados es la fusión de ambas actuaciones, un trabajo en el que convergen la música brasileña, mexicana, extremeña, canaria y madrileña.

"Una de las formas de promover el mestizaje cultural es hacer este encuentro entre artistas e idiomas diferentes", asegura el artista, que ha ido ensamblando las canciones en los "huequecitos" que le dejaba su intensa carrera como cantante de letras propias y escritor para voces ajenas. En el disco, que combina portugués y castellano, canta a dúo con Chico César (A primera vista ), con Julieta Venegas (Niños ) y con Martirio (Naranjo en flor ).

Ahora, tras una frenética actividad en la última década, el autor de Golosinas ha decidido tomarse un respiro: "Quiero coger un poco de espacio para que la gente tenga más ganas de oírme y yo de cantar. La verdad es que si me pongo a mirar el actual panorama de la música me siento un poco desilusionado".

Y es que el cantautor lamenta que la industria haya cambiado tanto en los últimos años. Pese a que el tiempo le ha dado la razón al demostrar que Operación triunfo era "un fenómeno televisivo y no musical", contempla con hartazgo.