No hay prácticamente ni un solo fin de semana en el que no se estrene una comedia previsible al estilo que hoy cotiza al alza en el emporio de Hollywood.

Si además cuenta con actores como Adam Sandler y Jennifer Aniston al frente del reparto, el asunto acaba resultando bastante previsible.

Este es el caso de Sígueme el rollo , película blanda de Dennis Dugan en la que el amor nace después de una sucesión de enredos y mentiras: Sandler hace pasar a Aniston por su esposa (en realidad es su ayudante) para escenificar una falsa historia y atraer a la chica de sus sueños.

La presencia de Adam Sandler significa que estamos ante un estilo de comedia muy concreto, aunque el actor haya tenido fugas de ese molde de la mano de Paul Thomas Anderson en la extraña Punch drunk love y Judd Apatow en Funny people .

Por su parte, Jennifer Aniston, que en la presentación del filme en Madrid dijo sentirse "contenta de trabajar y madurar", es un género en sí mismo desde que abandonara el plató televisivo de la exitosa Friends .

Así que está película podría ser una colisión de intereses, pero se queda en el territorio neutro de esa actual comedia norteamericana hollywodiense, romántica y mainstream.

Y eso que el personaje masculino promete mucho más de lo que ofrece, ya que se trata de una especie de mentiroso compulsivo que escenifica una vida matrimonial inexistente cuando se enamora de una chica. La esposa en la ficción es Aniston, el asunto acontece en la soleada Hawai y Nicole Kidman, que interpreta a una operada antigua amiga de universidad de Aniston, pasa por allí sin saber demasiado bien qué hacer.