A Jafar Panahi, el régimen iraní lo metió en la cárcel por actuar contra la seguridad nacional y hacer propaganda contra el Estado y la presión internacional le liberó. Le condenaron después a 20 años de inhabilitación para hacer cine. Tampoco puede conceder entrevistas ni salir de Irán. Desde que se lo prohibieron ha realizado tres películas. La última es Taxi Teherán. "Soy un cineasta. No sé hacer otra cosa".

No puede abandonar el país, pero sí que puede conducir, así que puso una cámara en el salpicadero de un taxi y entrevistó a mucha gente. El resultado es una radiografía de las preocupaciones de Irán y una crítica brutal al régimen que lo gobierna. Al fin y al cabo, la gente normal no aparece en las historias oficiales, pero puede contar otros relatos.