Nunca antes, en España, se había podido ver tal número de grabados de Francisco de Goya. Entre ellos, los Desastres de la guerra, en los que retrató la resistencia de las mujeres frente a un ejército profesional al que ninguno sabía encarar. Se ve su lado rebelde, como ocurre en algunos de sus óleos. Son 218 obras las que pueden admirar, hasta el 12 de junio, en la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero de Cáceres, en una muestra que ha organizado la comisaria María Toral. Veremos a un Goya libre, el pintor sin tapujos, libre, crítico implacable de los vicios y debilidades, con su dominio del aguafuerte y la punta seca, que habló en sus pinturas de la falta de educación y se burló de la institución del matrimonio, de la Inquisición y de la Iglesia.