La Edith Piaf de vida tortuosa, desgarrada por la fatalidad y la adicción revive interpretada por Marion Cotillard en La M´me. La vie en rose , la película que abrió ayer la Berlinale y cuyo tesoro es la mítica voz del Non, je ne regrette rien .

La película de Olivier Dahan no es como para ver la vida de color de rosa y la capital alemana amaneció, además, bajo una fina capa de nieve y un cielo plomizo, poco propicio para desplegar glamour en la inauguración del 57 Festival de Cine de Berlín.

Más de cuarenta añosPero Cotillard y resto del equipo de Dahan llevaron a la Berlinale algo del ambiente del Olympia parisino en que Yves Montand, Jean Cocteau o Charles Aznavour aplaudieron a una Piaf que, con poco más de cuarenta años, tenía el cuerpo de una mujer de 70.

Cotillard, la actriz francesa que encara a Piaf desde los 19 años hasta su muerte en 1963, con la metamorfosis física y mental que ello comporta, dejó al público conmocionado, con un film que no quiere ser biográfico, según Dahan, pese a las apariencias.

"No hice una biografía, sino un retrato", explicó Dahan tras el pase de prensa, custodiado por Cotillard y varios de sus actores, aunque no por su secundario de lujo, Gérard Depardieu, quien interpreta al empresario que descubrió a Piaf cantando en la calle.

Se trata de un retrato algo forzado, en definitiva, en que obvia aquello que no le interesa y se concentra en lo que sí, y para el que Dahan reconoce "no haber hablado con quienes la conocieron".

La película de Dahan crece en los momentos en que se escucha la poderosa voz de Piaf.