Resolver los misterios que rodean la muerte de Michael Jackson está un par de pasos más cerca. La policía de Los Ángeles mantuvo el sábado una «extensa entrevista» de tres horas con el doctor Conrad Murray, el médico personal del cantante, que estuvo con él en sus últimos momentos de vida, y la segunda autopsia que había solicitado la familia fue realizada.

Murray, estos días uno de los hombres más buscados de Estados Unidos aunque nunca estuvo huido y ya había hablado brevemente con las autoridades tras la muerte de Jackson, se vio con los detectives de la división de robos y homicidios de la Policía de Los Ángeles. Tras el encuentro, el departamento reconoció en un comunicado la colaboración del cardiólogo, recordando que este «contactó voluntariamente» con ellos y que no es sospechoso, subrayando que aportó «información que ayudará a la investigación». Una fuente "cercana a las pesquisas" citada sin nombre por Los Angeles Times aseguró que en las tres horas de entrevista no saltaron alarmas que hicieran sospechar que se cometiera ningún crimen.

Murray se ha convertido en una pieza más de la compleja maquinaria que rodea el caso Jackson. Como era lógico, y más en un tema en que la familia cree que puede llegar a haber una investigación criminal y ha expresado a través de amigos sus dudas y sospechas sobre un médico al que no llegaron a conocer personalmente, el cardiólogo ha contratado a un bufete de Houston (Tejas), uno de cuyos abogados le acompañó en el encuentro con los investigadores.

Tras esa entrevista, el bufete emitió un comunicado asegurando que el médico «ayudó a identificar las circunstancias que rodearon la muerte del rey del pop y clarificó algunas inconsistencias» y contestó «todas y cada una de las preguntas». "De ninguna manera es sospechoso y sigue siendo un testigo de esta tragedia", recalca el texto. Fue en la ambulancia que llevaba a Michael Jackson al hospital e hizo desesperados intentos de revivirlo en el camino --reza el comunicado--. Se consideraba un amigo de Michael Jackson y está muy consternado por su muerte.

Limpiar el nombre de Murray no parece que vaya a ser el único trabajo de los letrados. Ayer mismo, otro de los abogados del médico recordó en la cadena MSNBC que este había sido contratado por Jackson pero era AEG, la promotora de la serie de conciertos en Londres con los que el artista iba a volver a los escenarios, quienes debían hacerse cargo de su salario. Le deben, aseguran, 213.000 euros en honorarios atrasados.

No es Murray el único que ha buscado asesoría legal. La familia de Jackson ha contratado a Londell McMillan, quien representó el año pasado al cantante en una demanda por la ruptura de un contrato y que tiene en su cartera de clientes a Prince.