Pere Portabella, vanguardista y comprometido cineasta, estrena este jueves en salas españolas, 36 años después de ser rodada, la cinta Vampir , que llegó a ser proyectada en 1972 en el MOMA neoyorquino, pero donde no pudo estar el director porque la dictadura le impidió salir del país.

La historia de Vampir.Cuadecuc , que por fin cobrará vida en España gracias a las salas Verdi de Madrid y Barcelona, es uno de esos periplos históricos con final feliz en los que acaba por sobreponerse el proyecto artístico a la arbitrariedad política.

Pere Portabella, productor en los sesenta de películas como Los golfos , de Carlos Saura; El cochecito , de Marco Ferreri, y Viridiana , de Luis Buñuel, contaba en 1972 con 45 años, un proyecto para hacer un filme sobre la película El Conde Drácula de Jess Franco --una suerte de ´making off´ cuando aún no existía el género-- y una cámara de 16 mm, además de un buen dominio del lenguaje cinematográfico y una postura de contundente oposición al régimen franquista.

El resultado fue este Vampir.Cuadecuc , puro cine de vanguardia al margen de la industria del régimen, en blanco y negro, sin diálogos, con sonido de Carlos Santos creando atmósferas e imágenes cargadas de poética.

"Es un Drácula híbrido, raro, poéticamente más potente que el de Jess pero de una maldad menor. Vampiricé su película e hice una pieza sobre su rodaje, pero que es una película en sí misma", explica Portabella.