Vista desde fuera, la historia vital de Fede Alvarez (Montevideo, 1978) parece un ejemplo más del sueño americano cumplido. Cinéfilo desde pequeño, en el 2009 se animó a dirigir un corto en su ciudad natal. El presupuesto: 300 dólares. El título: Ataque de pánico . Y el tema: unos extraterrestres con apariencia de robots gigantes invaden Montevideo. Fue un éxito total en internet. Al poco tiempo, "la mitad de Hollywood" estaba llamando a Alvarez y poniéndole proyectos encima de la mesa. Uno de los que le ofrecieron era el remake de una película mítica, Posesión infernal . Alvarez no se lo pensó ni dos minutos. Y más teniendo en cuenta que el proyecto estaba respaldado por Sam Raimi, director de la cinta original, hoy convertida en un clásico. El filme de Alvarez se estrenó el viernes en España. Se puede ver también en las salas de los cines de Cáceres, Plasencia, Coria, Badajoz, Mérida, Almendralejo, Don Benito y Zafra.

"Vi la película de Raimi cuando tenía 12 años. Me impactó. Qué miedo pasé. Estaba acostumbrado a ver otros tipos de cosas y eso me pareció brutal. Es uno de los pocos filmes de los que tengo un recuerdo tan cercano", recuerda el director. "Mi objetivo era hacer una versión que gustara a los fanáticos de la original y también al público nuevo. A Sam Raimi la idea le gustó mucho y seguimos para adelante", comenta el realizador vía telefónica desde Los Angeles.

Una de las cosas que el debutante tenía clara es que quería huir de los efectos digitales. "Considero que los cineastas estamos para ver las tendencias y para mirar hacia otro lado. Ahora hay muchas cintas de fantasmas o falsos documentales de terror. Yo quería la vieja escuela", añade. Bajo esa premisa, el joven realizador apostó por mostrar mucha sangre. Pero se justifica: "El gore por el gore es fácil de hacer, pero no funciona. Lo difícil es que tenga conexión con la historia y, sobre todo, no pasarte de la línea que lleva al humor", señala este director hispano emergente.

El ARGUMENTO Para ser su primera película y para no haber pisado antes el siempre complicado suelo de Hollywood, Alvarez no se abrumó a la hora de dirigir Posesión infernal , que no solo rinde homenaje a la vieja escuela desechando cualquier tipo de efecto digital sino en el guion: un grupo de amigos se reúnen en una vieja y destartalada cabaña ubicada en mitad del bosque en la que hay extrañas y maléficas y presencias.

"Ver este tipo de películas es como subirte a una montaña rusa. Al público le gusta la adrenalina, el miedo. Especialmente, en un cine. Posesión infernal no la puedes ver en tu casa con el ordenador. Bueno, lo puedes hacer, pero es el tipo de películas que están hechas para disfrutar con un montón de gente a tu alrededor. ¿Ver algo tan sangriento solo en tu salón? Para nada", responde con humor Alvarez, que tiene encima de la mesa muchos proyectos. Todos ellos, en Estados Unidos.

"¿Volver a Montevideo? Bueno, lo podría hacer, pero si uno quiere hacer cine, especialmente cine de género tiene que estar aquí, que es donde está la industria", responde. Alvarez no se asusta en el mundillo de Hollywood. Y eso que todavía es un novato. En su opinión, cuando te gusta el cine lo más complicado es hacer un corto con dos dólares. "Eso sí que es fastidiado. Pero hacer una película, y con suficiente presupuesto, no es tan difícil", concluye el debutante, deseoso de que la legión de fans del clásico de Raimi dé, por fin, el veredicto sobre su versión.