Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha pasado en la vida ha sido la muerte». Así arranca el texto. De todos los que ha escrito, es el relato en el que más emociones se le han mezclado cuando han ido brotando las palabras; es la narración que más le ha salido desde dentro. Cargada de tintes biográficos, reflexiona sobre la superación del dolor, la relación entre hombres y mujeres, el esplendor del sexo, la buena muerte, la ciencia, la ignorancia... Todo empezó cuando llegó a sus manos el diario que Marie Curie inició tras la muerte de su esposo (que murió arrollado por un coche de caballos cuando se dirigía a su trabajo). Ella también perdió a su pareja y entiende perfectamente el vacío: «Al principio te dicen que llores, justo en el momento en que estás impactada y no eres capaz de hacerlo; cuando lo consigues y no puedes parar las lágrimas, entonces te aconsejan que es hora de superarlo», expresa.

La protagonista, la escritora, es Rosa Montero; la obra, La ridícula idea de no volver a verte.

LA CIENCIA, EL FEMINISMO... / También habla Montero de feminismo y recuerda que además de ser la mejor científica, «Marie Curie debía atender las labores de su hogar y el cuidado de sus hijas». No se explica cómo fue capaz de no desistir ni un solo momento.

Todos los matices de este libro han sido captados por el dramaturgo Eugenio Amaya, de la compañía extremeña Aran Dramática. Amaya dirige la versión escénica de La ridícula idea de no volver a verte, y la describe así: «Construye una narración a medio camino entre el recuerdo personal y la memoria de todos, entre el análisis de nuestra época y la evocación íntima».

Y Rosa Montero se siente vulnerable ante el hecho de verse ante un espejo al que nunca antes se había asomado: «Es que nunca me habían interpretado», asegura la autora. La encargada de ponerle voz y sentimiento sobre el escenario es la actriz pacense María Luisa Borruel.

El preestreno de esta versión teatral tuvo lugar en la Casa de Cultura Luis Landero de Alburquerque, el pasado 14 de abril.

Además, la obra también ha llegado al Teatro Fígaro de Madrid y se ofrecerán varias sesiones (los días 4, 11, 18 y 25 de junio y 1, 8, 15, 22 y 29 de julio).

Y esta noche, a partir de las 21.00 horas, La ridícula idea de no volver a verte de Eugenio Amaya se subirá a las tablas del López de Ayala de Badajoz.