COMPAÑIA: Histrión Teatro, de Andalucía. LUGAR: Plaza de San Jorge. AFORO: Casi lleno. OBRA: Cada mochuelo a su olivo. AUTOR: Basada en textos de Francisco de Quevedo con dramaturgia de Juan Dolores Caballero.

El público de Cáceres aplaude siempre el trabajo de las compañías que acuden cada año al Festival de Teatro Clásico. Y esa generosidad volvió a manifestarse en la primera de las dos representaciones previstas del montaje de Histrión Teatro titulado Cada mochuelo a su olivo . La compañía granadina vino a apagar un fuego : la caída de cartel de La discreta enamorada , de Lope de Vega, por enfermedad del actor principal, el extremeño Francisco Maestre. El público agradeció la voluntad de los actores, perdonó las deficiencias, e incluso los hizo salir a saludar, a pesar de que la obra no estuvo a la altura que se merece el Festival de Teatro Clásico.

Lo cierto es que Histrión Teatro hizo un gran esfuerzo por agradar al auditorio. No obstante, estuvo muy lejos de lo que las monumentales piedras de la plaza de San Jorge y el público cacereño se merecen. El frío tampoco ayudó.

MUTIS POR EL FORO La música sobrepasó las voces de los actores y hubo errores en los mutis por el foro, con caída de atrezzo incluida. Todo ello, sin duda, achacable al nulo tiempo de ensayo que tuvo la compañía andaluza.

En la parte positiva de esta función hay que señalar el trabajo gestual de los actores, que dan vida a una simpática galería de pretendientes tullidos y de busconas que quieren rehacer su vida con malas artes.

En resumen, una muy libre versión de los textos de Francisco de Quevedo que hizo reír a ratos a casi todo el público. El respetable comprendió que cuando una compañía como Histrión tiene una oportunidad como ésta hay que darle ánimos sea como sea.