-Han Solo es posiblemente el personaje más querido de Star Wars, ¿por qué cree usted que es así?

-Porque es un personaje paradójico. Por un lado derrocha bravuconería, pero al mismo tiempo es un tipo carente de confianza en sí mismo; su socarronería es como una máscara para esconder sus miedos. Y, en general, entre todos los personajes de Star Wars él es el más cercano a nosotros mismos. Podría decirse que es más complejo que Luke o Leia.

-Cuando lo llamaron para ofrecerle que se incorporara al rodaje de Han Solo, ¿qué fue lo primero que pensó?

-Pensé: «¿Qué demonios?». Y mi primera reacción fue negarme. En buena medida acepté rodarla como un acto de responsabilidad. Y Kathreen Kennedy, jefa de LucasFilm, es mi amiga desde hace años, así que esa amistad también tuvo algo que ver.

-¿Por qué pensó en declinar la oferta en un primer momento?

-Porque yo suelo preparar las películas que dirijo durante largos periodos de tiempo, así que se me hacía raro. Al final, quien me acabó convenciendo fue mi esposa, Cheryl. Me dijo: «Si no aceptas te arrepentirás durante mucho tiempo». Así que puede decirse que Han Solo existe gracias a ella.

-Hasta donde usted sabe, ¿qué fue exactamente lo que motivó el cambio de director?

-Prefiero no entrar en detalles. No es que sea un secreto, pero no quiero meter en la cabeza de los fans nada que los pueda distraer. Lo ideal es que se centren en la película que ven en la pantalla y que no piensen en cómo fue hecha. Lo importante es que todos los que hemos estado involucrados en su producción, sin excepción, hemos trabajado con amor.

-¿Cuánto de lo que Chris Miller y Phil Lord ya habían rodado le resultó a usted útil a la hora de completar el filme?

-Algunas escenas se mantuvieron intactas, y otras fueron levemente modificadas; otras las rediseñamos por completo, al igual que algunos decorados y algunos personajes. En general, me sorprendió la cantidad de ideas propias que acabé siendo capaz de incorporar. Me siento tan conectado a Han Solo como a cualquiera otra de mis películas previas.

-Usted es amigo de George Lucas desde principios de los años 70. ¿Le dio él algún consejo?

-Él está alejado de las trincheras, pero aun así vino a visitarnos durante el rodaje. Para mí significó mucho que lo hiciera. George fue uno de mis mentores. Cuando trabajé para él en American Graffiti (1973), me quedé impresionado por su forma de trabajar, muy precisa pero a la vez abierta al cambio constante. Recuerdo que por entonces me habló de Star Wars por primera vez. Me dijo que quería hacer una gran película de ciencia-ficción, que fuera un poco como Flash Gordon pero mucho más profunda, y un poco como 2001 pero mucho más rápida. Debo reconocer que por entonces no entendí nada de lo que me estaba diciendo.