Si Hollywood fuera la Tyrell Corporation de Blade Runner , su mejor replicante sería Tom Cruise: físicamente idéntico a un humano, con capacidades mucho más desarrolladas, en busca de las mismas respuestas... Cual Nexus 6, Cruise ha sido durante varios lustros la creación perfecta del omnipoderoso Hollywood. Y todo ha sido así, perfecto --y rentable--, hasta que ha mostrado emociones, quizá demasiadas incluso para un humano, sobre todo en Hollywood.

Tras despedir por sorpresa a principios de año a la relaciones públicas que creó su personaje público y mantuvo privado el privado, Pat Kingsley, lo surreal se ha disparado. Con su hermana Lee Anne De Vette a cargo de su relación con la prensa, la Cienciología, cuya mención Kinsgley vetaba en las preguntas, ha abandonado el ámbito de lo privado. Y, tras sus excesivas declaraciones de su amor por la joven Katie Holmes, con la que se comprometió en París --y con la que apareció horas después en una rueda de prensa--, Cruise ha empezado a aparecer con inusitada frecuencia en terrenos rosas y amarillos para los que antes era fruto casi prohibido.

Es un muñeco

Cuando el fin de semana en Londres un cómico disfrazado de periodista le gastó una desafortunada broma disparándole un chorro de agua, le espetó tres veces el término "estúpido", lo que denota una capacidad de control bastante mayor que la de colegas como Russell Crowe. Sin embargo, en Leicester Square quedó confirmado algo: el robot perfecto de Hollywood es ahora un muñeco de pim, pam, pum.

Lo que algunos consideran una crisis de relaciones públicas de Cruise empezó con el despido de Kingsley, una dama de hierro que siempre ponía freno a las preguntas sobre la fe y las preferencias sexuales y que jugó con maestría incomparable la partida con la prensa: si sigues mis normas tendrás acceso a Cruise; si no, te perderás a la mayor estrella de Hollywood y, de paso, a otros clientes míos, que resultan ser también megaestrellas (la revista Premiere puede dar fe de ese control, pues tardó años en recuperar la gracia de Kingsley tras un artículo algo duro sobre Misión Imposible 2 ).

Sin embargo, cara al público, la debacle se inició en mayo, cuando en el popular programa de Oprah Winfrey, el protagonista de Top Gun saltó sobre el sofá, se arrodilló, gesticuló hasta el límite... Todo para hablar de su amor por Holmes. El espectáculo llamó la atención incluso a medios alejados de cotilleos como The New York Times , Los Angeles Times y la revista Time . El mismo, en una aparición en el programa de Jay Leno, intentó parodiarse a sí mismo para quitar algo de leña del peligroso fuego que estaba empezando a quemarle.

Supuesta promoción

En la superficie, el problema era la pérdida de control. En el fondo, también. Cruise estaba supuestamente promocionando La guerra de los mundos , una superproducción de 115 millones de euros que se estrena el miércoles. Ejecutivos de Dreamworks y Paramount confesaron cierta "preocupación por cómo se estaba distrayendo al público de la película". Y la Paramount tardó aún unos días en dar la luz verde para otro megaproyecto que necesita de Cruise, pero que cuesta demasiado --más de 130 millones de euros-- como para permitirse desvíos de atención: Misión Imposible 3 .

En el último número de Newsweek , Spielberg admite que la falta de promoción de su último proyecto en el programa de Oprah le molestó "un poco", pero sobre todo ha defendido a Cruise. "Estaba un poco enfadado, pero no con Tom, sino con la prensa, porque hicieron un mundo de algo mínimo. Tom perdió su calma porque es muy feliz y ahora se le castiga por su muestra pública de felicidad. Lo que hizo fue exactamente lo mismo que hizo la primera vez que a mí me habló de Katie. Pero a la prensa no le gustó cómo desnudó su alma".

Spielberg cree en un romance frente al que se muestran incrédulos el 62% de los lectores de la revista People . Y el director tiene su teoría sobre esa incredulidad. "Creo que lo que esa encuesta dice es que la gente piensa que los que hacemos cine somos falsos: nuestras películas no son reales y nuestras vidas privadas tampoco; es todo por publicidad. Creo que es, ante todo, un comentario sobre Hollywood".