Chadwick Boseman interpretó por primera vez al primer superhéroe negro de la historia de Marvel en Vengadores: Civil War (2015), pero es su segunda película en la piel del personaje la que promete convertirlo en uno de los actores de moda en Hollywood: Black Panther, la historia de un joven rey africano que se dedica a combatir el crimen embutido en un traje felino.

-Esta no es la primera vez que usted se mete en la piel de un personaje de gran relevancia simbólica para la comunidad negra. En el pasado ha encarnado al cantante James Brown, al beisbolista Jackie Robinson y al juez Thurgood Marshall. ¿Es una simple coincidencia?

-No. Desde el principio de mi carrera he hecho todo lo posible por formar parte de proyectos con potencial para causar un impacto positivo en las vidas de la gente de mi comunidad. Quiero meterme en la piel de hombres negros complejos, y ese es un tipo de personaje que por desgracia no existe en el cine americano. Por eso, hacía muchos años que fantaseaba con la posibilidad de llegar a interpretar un día a Black Panther.

-Sin embargo ha asegurado que, en cuanto le ofrecieron el papel protagonista de ‘Black Panther’, le llevó un tiempo decidir que iba a aceptarlo. ¿Por qué?

-A un lado de la balanza había muchos motivos para aceptarlo, y al otro solo uno para no hacerlo: no estaba seguro de que en Marvel fueran a implicarse en hacer Black Panther tanto como se implican en hacer otras películas. Temía que el personaje acabara siendo un personaje de segunda clase dentro de su universo de superhéroes, como una especie de premio de consolación para la comunidad negra. Obviamente no es el caso.

-En todo caso, es un superhéroe distinto al resto de miembros del Universo Cinematográfico de Marvel.

-Sin duda. Yo veo la película más cercana a una tragedia de Shakespeare o a El Padrino. Porque explora lo complejo que resulta ser un buen líder, lo complicado que es hacer lo correcto y decidir cuándo respetar la tradición y cuándo romper con ella, o tener que elegir quién tiene que vivir y quién debe morir. Habla de lo necesario que en ocasiones resulta tener que hacer cosas terribles por un fin justo. Esos no son asuntos de tebeo.

-¿Es consciente de la importancia de una película como ‘Black Panther’ para la comunidad negra en un momento en el que la Casa Blanca está presidida por un hombre de actitudes claramente racistas?

-Sí, pero, ¿quién soy yo para hablar en nombre de la comunidad negra? Por otra parte, la película empezó a producirse antes de la llegada de Donald Trump y no quisiera que su estreno contribuya a radicalizar el debate político. A mí sobre todo me gustaría que Black Panther sirva para que muchos afroamericanos redescubran sus vínculos con sus antepasados africanos, porque esa conexión entre ambos continentes es algo que lleva demasiado tiempo roto. Y también me gustaría que la película proporcione a muchos niños y niñas negros un modelo de conducta que puedan sentir que les habla directamente a ellos, que es algo que yo no tuve.

-¿Echó de menos no tenerlo?

-Uno no puede echar de menos algo que ni conoce ni ha experimentado nunca. La mayoría de afroamericanos de mi generación crecimos admirando a Spider-Man. Y yo todavía siento una gran conexión con él, y con otros héroes y modelos de conducta que eran blancos. No nos quedaba más opción que aceptarlos. Es ahora, pensando en ello en retrospectiva, que comprendo lo bonito que habría sido tener algún héroe negro al que idolatrar.

-En los últimos años ha habido un auge de producciones impulsadas por talentos negros, que han obtenido un gran éxito comercial y de crítica explorando asuntos culturalmente específicos: ‘Fruitvale Station’ (2013), ‘12 años de esclavitud’ (2013), ‘Selma’ (2014), ‘Creed’ (2015), ‘Moonlight’ (2016), ‘Déjame salir’ (2017)... ¿Lo calificaría usted como un movimiento?

-Es algo pronto para saber si es un movimiento o simplemente una moda, habrá que esperar unos años para poder responder a eso. En todo caso, es una sensación muy agradable ir al multicine y verme en el centro del póster de Black Panther, y justo al lado ver a John Boyega en el centro del póster de Pacific Rim: Uprising. Es un momento muy interesante, y no solo en cine sino también en televisión, gracias a series afroamericanas como Atlanta o Insecure o Empire. Después de muchos años, los talentos negros no tenemos que pelearnos por las migajas. Formamos una verdadera comunidad creativa, y eso es algo que hace siete u ocho años no sucedía. Ahora, si queremos que esto se afiance es necesario trabajar muy duro. Si no, se irá tal y como vino.