Este año, la novela negra mediterránea apenas asomará entre los más de 65 escritores que se acercarán dentro de unos días a Barcelona. Soplan vientos nórdicos, succionados por el chorro polar del fenómeno Larsson, que ha vendido cerca de tres millones de ejemplares el último año.

La semana de la novela negra de Barcelona, BCNegra, entregará el premio Pepe Carvalho al escocés Ian Rankin, el padre del inspector Rebus, y acogerá entre el 1 y el 6 de febrero a algunos de los autores que aspiran a llenar entre los lectores el vacío dejado por Stieg Larsson (Asa Larsson, Camilla Läckberg, Arnaldur Indridason) o a demostrar que hay otros nortes además de Suecia (K. O. Dahl, James Thompson, Inger Wolf).

Otras tendencias que se analizarán son tan inquietantes, como la que refleja la narcoliteratura (vendrá el estadounidense Don Winslow, una de las sorpresas del año con su inmersión en el narcocrimen en la frontera de México), y otra no tanto, como la hibridación de la novela negra y la histórica o la influencia entre la ficción y los casos reales de corrupción política.

BCNegra empieza a mimar la cantera. Al habitual encuentro de los clubs de lectura de novela negra juvenil (los de 11 institutos se reunirán dos días en la Biblioteca Jaume Fuster) se incorpora este año una actividad dirigida al público infantil.

Una docena de bibliotecas municipales harán que los pequeños conozcan los centros de lectura de su barrio de la mano del Inspector Sito, el personaje creado por Antonio Iturbe y Alex Omist.