'Otro intento más', de Arkano, no es el primer rap ligado a la Vuelta Ciclista a España: alguien sin memoria selectiva quizá recuerde 'El rap de Ciclón', dedicado a la mascota de la edición del 2002. Pero sí estamos ante la primera sintonía oficial del evento con rap por medio; un híbrido de hip hop y pop (se nota la mano del 'hitmaker' tinerfeño Pablo Cebrián) con apropiado espíritu motivacional.

"La canción habla sobre la búsqueda de nuestra mejor versión a través del control del relato de nuestras vidas, de lo necesario que es atreverse a lanzarse a por otro intento más", ha explicado Guillermo Rodríguez Godínez, alias Arkano, al que esta vuelta le toca de cerca: las tres primeras etapas discurren por tierras alicantinas; la tercera acaba en su natal Alicante, a la que defiende en el tema como ciudad de brazos abiertos ("Si hay algo que Alicante me enseñó / es a tratar a los de fuera como míos").

Sorprende que en más de cuatro décadas de sintonías ciclistas, sea esta la primera ocasión en que el rap se asome a esas sobremesas de pedaleo y probable siesta. En el catálogo musical de la Vuelta ha cabido de todo, y en ocasiones, los saltos genéricos de un año a otro han sido casi volantazos suicidas.

DE LA MÚSICA DISCO AL TECNOPOP

Todo empezó en 1977 con la victoria de Freddy Maertens al son de la juguetona polca 'Trisch-tratsch' de Johann Strauss II. La música popular del siglo XX se impuso al año siguiente, aunque no con la mejor muestra posible: según dice (con razón) Bob Stanley de St. Etienne en su historia del pop 'Yeah yeah yeah', la revisión disco de 'Cantando bajo la lluvia' por Sheila & B. Devotion demuestra, por mucho que nos pese a muchos, que el género de la bola de espejos podía apestar.

La fiebre disco continuó con temas superiores como 'Born to be alive', de Patrick Hernandez (1979); 'Funkytown', de Lipps Inc. (1980), y 'Don't stop the music' de Yarbrough & Peoples (1981), para dar paso después a la ola tecnopop. El dúo Azul y Negro, pionero estatal en la materia, vio elegido su tema 'Me estoy volviendo loco' a través de un concurso al que según diversas fuentes también optaron Alaska y los Pegamoides. Era producción de Julián Ruiz, quien también participó en 'No tengo tiempo', de los mismos Azul y Negro (1983), o la estupenda 'Pánico en el Edén', de Tino Casal (1984).

DE IVÁN A RAMONTXU

Desde mediados de los 80 y hasta finales de siglo, las sintonías de la vuelta dejan de compartir ciertas propiedades esenciales (un 'beat' constante, una cierta cadencia respiratoria) para poder ser casi cualquier cosa. Y así podemos pasar del italo de Iván ('Baila', 1985) a los sabores cubanos de Miami Sound Machine ('Conga', 1986). Y de 'La danza de las horas' de Ponchielli en misteriosa versión tecnificada (1987) a la más literal 'Pedaleando' de Serafín Zubiri (1988).

En los 90, la banda sonora podía ser un sueño andaluz de los jazz fusion Man Jumping ('The perils of tourism'), muy querido por Brian Eno, o una delicadeza del grupo percutivo brasileño Uakti ('Earth'), pero también… un dueto de Ramón García y Ana Obregón ('Morena', que debió impedir muchas siestas).

Incluso a principios del siglo XXI, dar sintonía a la Vuelta podía ser un empujón importante, como pueden decir Pastora Soler, Nena Daconte o Zahara. Pero en los últimos años la influencia cultural del evento parece menor: 'El ganador' no cambió la carrera de Marta Sánchez.