El 6 de agosto de 1975, la portada de The New York Times anunciaba el fallecimiento de un personaje de todos conocido. «Hércules Poirot, el detective belga de fama internacional, ha muerto en Inglaterra. No se sabía su edad». En el interior del diario, su necrológica ocupaba una página entera. Agatha Christie había puesto punto final a quien tantos crímenes rocambolescos resolvió en miles de páginas para disfrute de millones de lectores. La propia escritora, autora de más de medio centenar de novelas de suspense, desaparecía pocos meses después, a los 85 años. Lo que no pudo imaginar es que Poirot fuera a resucitar.

Pero lo ha hecho de la mano de la reconocida escritora inglesa de género negro Sophie Hannah, que se atrevió hace dos años a publicar una novela con el detective belga como protagonista. El encargo partió de la fundación que administra el legado de la reina del suspense (Agatha Christie Ltd.), presidida por su bisnieto, James Prichard. Aquel primer regreso, Los crímenes del monograma, fue un éxito de lectores y de crítica. Ahora Poirot retorna con una nueva entrega, Ataúd cerrado (Espasa), que se ha publicado simultáneamente en todo el mundo coincidiendo con el centenario de la aparición del ficticio personaje.

FAN INCONDICIONAL / «No he tocado las obras de Agatha Christie. Mi trabajo ha sido aportar nuevos casos a Poirot, para que los resuelva», comenta Hannah durante la entrevista con EL PERIÓDICO realizada en Londres, en la que también está presente Prichard. La autora no cree cometer ningún sacrilegio, como le achacan algunos puristas, al prolongar las aventuras del elegante y bigotudo detective. «Ella [Agatha Christie] ha sido mi escritora favorita desde los 12 años. Cuando tenía 14, toda la estantería en mi cuarto estaba llena de sus novelas en rústica, que iba comprando en tiendas de segunda mano. He leído una y otra vez todas sus obras. Era una fan devota y jamás se me ocurrió que pudiera llegar a hacer lo que estoy haciendo».

Ataúd cerrado está ambientada en una casa de campo señorial en el condado irlandés de Cork, en 1929. La dueña de la mansión, Lady Play-ford, una millonaria con mucho carácter, invita a varias personas a pasar allí una semana. En el grupo se encuentra su hijo Harry y su hija Claudia con sus respectivas parejas. También está presente su secretario personal, seriamente enfermo, la enfermera que lo cuida, dos abogados, Poirot y el inspector de Sco-tland Yard Edward Catchpool.

LA HERENCIA DE PLAYFORD / Ninguno de los presentes sabe por qué han sido citados y la sorpresa de todos es mayúscula cuando la anfitriona anuncia que su fortuna no irá a parar, como estaba previsto, a sus dos hijos. Será Joseph, el secretario, a quien le queda poco tiempo de vida, quien sea su heredero. Nadie comprende una decisión aparentemente sin sentido. ¿Qué motivos hay para tan extraño cambio? El misterio cobra un nuevo giro cuando uno de los invitados es asesinado.

La trama ha sido minuciosamente concebida y desarrollada por Hannah. No copia a Agatha Christie, aunque respeta algunos elementos de sus novelas. «Yo escribo habitualmente thrillers psicológicos contemporáneos y las dos novelas de Poirot se sitúan en los años 20. Eso me ha obligado a hacer mucho trabajo de investigación sobre los detalles de la época. He debido recrear también los dichos y los coloquialismos de aquel momento. Pero hay una gran diferencia con respecto a la novela negra contemporánea y es que en la época dorada del género detectivesco era alguien quien le contaba a otro una historia. El capítulo primero de esas novelas comienza con un: ‘Déjeme que le cuente la fascinante historia...’. La novela negra contemporánea hace un gran esfuerzo por lograr la inmersión del lector, convirtiéndole en testigo de lo que pasa».

Cuando a Hannah le propusieron el proyecto aceptó inmediatamente. «No fue una decisión lógica. No medí las consecuencias que pudiera haber. Sabía que era algo que quería hacer». James Prichard reconoce que al principio estaban un poco nerviosos, pero el resultado fue excelente. El tenía seis años cuando murió su bisabuela, pero su padre, Mathew, que convivió intensamente con ella, le ha contado recuerdos y anécdotas. Prichard quiere revalorizar la obra de su antepasada, hacerla más presente. Siguiendo los pasos de James Bond o Sherlock Holmes, el próximo proyecto será llevar al cine una nueva versión de Asesinato en el Orient Express. La película se rodará este otoño y estará dirigida por Kenneth Branagh, quien también encarnará a Hércules Poirot.