Las gafas de sol de Cate Blanchett chispeaban ante el reflejo de cientos de flases disparados por la marabunta de fotógrafos que congregó ayer en Cannes el esperado estreno de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal . Aplausos, saltos, gritos eufóricos --y pisotones, empujones, tropezones, caídas y codazos-- acompañaron a la avalancha de cámaras y periodistas que buscaban un hueco para ver la llegada de Harrison Ford. La situación casi se desborda cuando el protagonista apareció por el pasillo que accede a la sala de prensa arropado por la actriz australiana, el director Steven Spielberg y el productor George Lucas. Les seguían, un poco asustados, Karen Allen, Ray Winstone, Jim Broadbent y John Hurt.

La cuarta entrega llega 19 años después de Indiana Jones y la última cruzada , la más venerada. El colosal Gran Thé tre Lumière ya estaba repleto 45 minutos antes de la hora prevista. Cuando esto ocurre: el taquillazo está asegurado. Al menos, el 22 de mayo, este jueves, día en que llegará a las salas. Las hazañas del intrépido arqueólogo nacieron en 1984 de la máquina de escribir compartida por William Huyck y Gloria Katz.