Olga Ramos, conocida como la reina del cuplé de Madrid, murió ayer a los 87 años a causa de una cardiopatía severa, en Boadilla del Monte, según declaró a este diario su hija Olga María Ramos, también artista.

Olga Ramos nació en Badajoz el 20 de julio de 1918 y, a los 11 años de edad, se trasladó con su familia a Madrid, donde estudió canto y violín en el Conservatorio de Música, alcanzando en 1943 el primer premio de música de cámara. También recibió lecciones de arte dramático y trabajó en el teatro Fuencarral.

TRABAJO EN EL CINE Hizo una película con Juan de Orduña, Leyenda rota , y en aquellos años 40 de la posguerra, cantó en la Orquesta Fémina, formada por mujeres, algo mal visto en la época, cuando triunfaba la vedete Celia Gámez cantando el chotis Ya hemos pasao , réplica oportunista y política al ¡No pasarán! de Dolores Ibárruri, La Pasionaria, durante la defensa de Madrid.

La artista rescató en los 60 los viejos cuplés del XIX y principios del XX que cantaron La Goya, Raquel Meller y que propiciaron la realización de la película El último cuplé , el éxito que lanzó a la popularidad a una joven y lozana Sara Montiel que pasó como creadora de un viejo género que posteriormente interpretaron Lilián de Celis y Margarita Sánchez, con más calidad vocal que Sara Montiel, pero con menos sensualidad y sin la difusión mediática que comportó el filme, estrenado en 1957.

No fue un camino de rosas el de Olga Ramos, arrinconada en su local de Malasaña, pero sin renunciar ni al cuplé ni al chotis ni a la canción típicamente madrileña, indudablemente menos comerciales que el flamenco de Lola Flores y Manolo Caracol o las melodías pegajosas y patrioteras de Manolo Escobar.

Pese a ese retiro, y quizá porque no ambicionaba más, Olga Ramos fue dejando su estela de cupletista en muchos cafés-concert de Madrid como el Café Universal, Pasapoga, Varela, Montaña y Negresco.

UNA CALLE EN SU CIUDAD La artista contrajo matrimonio con Enrique Martínez de Gamboa, apodado Cipri, autor de numerosos cuplés y que falleció en 1988.

Aunque grabó discos y adquirió nombradía y respeto en Madrid, la vida artística de Olga Ramos se vió envuelta en las consecuencias de la guerra civil. Desde la llegada a la alcaldía de Madrid de Enrique Tierno Galván, Olga se llevó bien con todos los alcaldes de Madrid, aunque en las pasada Navidad ya no cantó con Ruiz Gallardón el habitual villancico en el balcón de la Plaza Mayor.

Su ciudad de origen no la olvidó y en los años 80 le dedicó una calle en la barriada de Las Moreras. Al acto acudió emocionada la artista, que recibió el cariño popular.