El rejoneador Diego Ventura, que ha cortado tres orejas y ha salido de la plaza a hombros, ha sido el triunfador de la corrida mixta celebrada esta tarde en Valladolid, tercer festejo de la Feria de la Virgen de San Lorenzo, patrona de la capital.

FICHA DEL FESTEJO.- Se han lidiado cinco toros con el hierro de Carmen Lorenzo y uno con el de San Pelayo. Los dos para rejones, primero y cuarto, han cumplido. De los de lidia ordinaria, blandeó mucho el segundo, fue un inválido el tercero, ofreció un buen juego el quinto y resultó pésimo el último de la tarde.

Diego Ventura (rejoneador), oreja y dos orejas.

Enrique Ponce, saludos y aplausos.

Miguel Ángel Perera, silencio y silencio.

Algo más de media entrada en tarde agradable de temperatura.

SOBRESALIÓ UN ESPLÉNDIDO Y REGULAR DIEGO VENTURA

Un espectacular triple quiebro sin clavar y el rejón de muerte, de efecto fulminante, ha sido lo más granado de la actuación del rejoneador Diego Ventura en el primer toro de la tarde. En el segundo de su lote, tuvo sin embargo una actuación redonda, rotunda, contundente. Todo lo realizó a la perfección entre el clamor de los tendidos.

Al primer toro de Ponce, ya en lidia ordinaria, el público pidió su devolución tras caerse en dos ocasiones antes de ser banderilleado. Su matador le mantuvo después en pie con su habitual maestría en una faena despegada, pero en la que el manso no huyó nunca porque siempre tuvo en la cara la franela de Ponce.

La naturalidad y torería fluyeron silenciosas en el segundo toro del maestro de Chiva: equilibrio, elegancia y armonía en todo lo que hizo, pero la espada le jugó una mala pasada.

Con el primer toro de su lote, Perera no pudo hacer faena, ni siquiera de aliño. El toro no se tenía en pie y doblaba las manos cada vez que embestía. Tampoco acompañó la suerte a Perera en el último toro, un ejemplar que no tuvo un pase.