REUNIR en una misma exposición la inabordable y poliédrica obra de Antoni Miralda (Terrassa) es una misión tan incierta que, ni corto ni perezoso, el artista agarró un megáfono y, cual guía de viajes, se dispuso a conducir a la gente por los espacios laberínticos de Miralda. Hasta el 11 de octubre se puede ver en el Museo Reina Sofía la muestra.