DESPUES de trece años sin pisarla, Arturo Pérez-Reverte volvió ayer a encontrarse con sus lectores, quienes desde las nueve de la mañana hicieron cola para tener su firma. De hecho, a las doce los organizadores no dejaban ya que se colocara más gente porque la cola era interminable. El escritor siguió firmando hasta las cuatro sin parar.