"Un hombre no tiene raíces, tiene pies". Es una frase de Salman Rushdie que Riad Sattouf (París, 1978) usa a menudo para explicar que no se siente más sirio que francés -ni a la inversa- y que carece de conciencia sobre su identidad nacional porque la suya reside en la lengua. "El país de la gente es la lengua, más que pertenecer a una nación o a un equipo de fútbol", cuenta el autor del cómic 'El árabe del futuro' (Salamandra Graphic) en una entrevista con este diario en París.

El cuarto volumen de la exitosa serie autobiográfica (más de dos millones de ejemplares vendidos y traducida a 22 idiomas), que acaba de publicarse en España, narra el periplo del adolescente zarandeado por sus dos culturas, la historia de su familia y el golpe de Estado de su padre, un profesor universitario fascinado por el panarabismo y los dictadores de Oriente Próximo. Un momento álgido del cómic que Sattouf empezó a escribir pensando en su abuela materna.

"Mi abuela francesa odiaba el cómic. Decía que era cosa de niños así que me puse a pensar en qué tipo de cómic le gustaría leer. Y funcionó. Con ella y con muchos lectores, porque me lee mucha gente mayor. Es muy divertido, muchos conocen a mi familia mejor que yo".

En el primer tomo de 'El árabe del futuro', que se desarrolla entre 1978 y 1984, el pequeño Riad vive sus primeros seis años entre la Libia de Gadafi, la Bretaña de sus abuelos maternos y la Siria de Hafez Al Assad. Su primer año de colegio en Siria lo refleja en el segundo volumen, y en el tercero narra su circuncisión.

SECRETO DESVELADO

La última entrega, excepcional por su volumen (288 páginas) y por el secreto que desvela, discurre entre 1987 y 1992 en un momento de crisis familiar. Mientras su madre vuelve a Francia, su padre se va a trabajar a Arabia Saudí, donde se radicaliza desde el punto de vista religioso. Justo en ese momento, toda la familia tiene que volver a Siria.

La adolescencia, tema recurrente en la obra de Sattouf, engancha con un público joven al poner el acento, dice, "en la dureza de la relación con los otros, los sentimientos extremos y la dificultad para adaptarse a un elemento a veces hostil". Y el Riad adolescente tiene que bregar además con un padre abiertamente racista.

"Quería mostrar las cosas tal y como las viví. Cómo se crece con un padre que dice cosas terribles, que es racista Lamentablemente es algo que no me pasa solo a mí. Tengo colegas de origen español con padres franquistas que dicen cosas espantosas. Pero sigue siendo tu padre, y creo que el éxito de 'El árabe del futuro' es que todo el mundo tiene detrás una historia familiar con la que tiene que construirse como persona".

LA BASE DE LA EMOCIÓN

Al tiempo que considera una suerte ser el producto de dos culturas diferentes, Sattouf reconoce que ha vivido "el racismo y la xenofobia tanto en Siria como en Francia". "El racismo no afecta solo al mundo occidental. Es algo que habla del ser humano. ¿Por qué queremos quedarnos encerrados? Es un tema que me interesa mucho y que debería explorarse más".

El autor de la serie 'Los cuadernos de Esther' (Sapristi) promete un sexto y último volumen de 'El árabe del futuro', pero sobre el resto de sus proyectos guarda silencio. Lo único que confiesa, además de que cada vez es más maniático con la edición de sus libros y pretende controlar desde el color de la portada hasta el tipo de papel, es que solo lee tebeos clásicos para no verse influido por los autores modernos. Son los cómics que marcaron su infancia. "Es como volver a la fuente. Es un proceso artístico esencial, ir a la base de la emoción. Es al menos lo que intento hacer".